Grupo GEMA interpuso denuncias ante Profepa y se amparó contra autorización de Semarnat
29 de abril/ Cancún, Q. Roo.- Ante el desmonte y relleno de manglar, la fragmentación del ecosistema, la interrupción del flujo hidrológico y la deficiente colocación de cortinas o mallas durante la excavación y perforación del fondo del Sistema Lagunar Nichupté, a causa de las obras del Puente Vehicular que cruza ese cuerpo de agua en Cancún, organizaciones civiles se han amparado y presentaron denuncias populares ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
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La presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (GEMA), Araceli Domínguez, explicó que el proyecto ha provocado “graves daños” a importantes ecosistemas y la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT), a cargo de la obra, ha incumplido las medidas preventivas y de mitigación establecidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al autorizar de forma condicionada este proyecto.
“Por estas razones, hemos presentado un amparo contras la autorización de la MIA (Manifestación de Impacto Ambiental) y se han presentado varias denuncias ante Profepa por la tala de más de 2 hectáreas de manglar, así como el incumplimiento de las condicionantes, lo cual sabemos también fue denunciado por la propia Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas)”, indicó.
Domínguez Rodríguez, ícono del movimiento ambiental en la entidad, cuya trayectoria en defensa del derecho humano a un medioambiente sano en Cancún, Puerto Morelos, Isla Mujeres, Riviera Maya, Tulum, Lázaro Cárdenas y Cozumel, abarca más de 30 años, explicó que la Laguna Nichupté posee un profundo significado ambiental y social para la comunidad cancunense.
“El proyecto del Puente Nichupté, promovido por el gobierno federal a través de la Dirección General de Carreteras de la Secretaría de Infraestructura, Comunicación y Transportes (SICT), ha causado graves daños a estos ecosistemas en sus distintas etapas constructivas.
“El incumplimiento de las medidas preventivas y de mitigación, como el desmonte y relleno de manglar, fragmentando el ecosistema e interrumpiendo el flujo hidrológico; así como la deficiente colocación de cortinas o mallas durante las actividades de perforación y excavación, ha provocado un grave levantamiento del fondo limoso de la laguna y la dispersión de sedimentos”, expuso.
Entre los incumplimientos a las condicionantes, citó la elaboración del Programa de Rehabilitación y Mejoramiento de Áreas de Manglar, así como el Subprograma de Reforestación de Áreas Aprovechamiento Temporal.
Indicó que si bien se autorizó a la Secretaría de Infraestructura la restauración ecológica, no así la apertura de canales sobre manglar sano y vivo, que ha sido destruido.
“Los siete canales abiertos se hicieron sobre uno de los polígonos del Área Natural Protegido de ‘Manglares de Nichupté’, lo cual no estaba autorizado.
“Otra violación fue haber empezado sin los permisos de Vida Silvestre a los que estaban obligados”, subrayó.
La ecologista manifestó que han solicitado a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) que el seguimiento de la compensación ambiental a través del Comité de Vigilancia externo, haga públicas las actas de las reuniones sostenidas, para conocer el status de las acciones de restauración, porcentajes de sobrevivencia y crecimiento de lo que sembraron, “aunque sabemos que fue un fracaso”.
Tal y como se temía, la dependencia federal ha talado y rellenado manglares en zonas no autorizadas.
“El trazo del puente en la parte terrestre está fuera de la superficie del Acuerdo de
Destino, cedida justo para ello; sin embargo, desmontaron y rellenaron manglar en zona no autorizada, ya que la MIA establece algunos terrenos de aprovechamiento temporal que debieron restaurar y no lo han hecho”, expresó.
Tampoco se ha cumplido con la donación de predios a la Conanp para compensar el impacto que establece el resolutivo de impacto ambiental.
“Hemos detectado que están dejando una gran cantidad de basura en la laguna, como es el caso de ‘los muertos’, que son cubos de cemento que se sostienen al fondo para fijar las mallas anti-turbidez, los cuales se quedan enterrados en el fondo marino.
“Otro de los graves problemas que hemos encontrado son las grandes cantidades de poliuretano que se usa para que floten las mallas anti-dispersión, que acaban por recalar en Tajamar, algo que se ve hacia el lado sur del Malecón”, añadió.
La sumatoria de agravios ha sido posible –dijo– gracias a la “falta de previsión y el incumplimiento de las medidas de mitigación, así como la complicidad de las autoridades ambientales como Semarnat y Profepa, que han sido omisas”.
Ambas dependencias han permitido, históricamente, la liberación de sustancias tóxicas y contaminantes acumulados por más de 50 años, afirmó, lo cual ha generado “un daño ambiental con consecuencias negativas para los ecosistemas lagunares y la salud humana”.
También, la fragmentación y relleno del ecosistema de manglar, con la consecuente pérdida de provisión de servicios ambientales y de la resiliencia ante los fenómenos adversos al cambio climático.
“Es importante recordar que las zonas afectadas se encuentran adyacentes al Área de Protección de Flora y Fauna ‘Manglares de Nichupté’, y cuentan con el reconocimiento de ser humedales de importancia internacional, reconocido por la Convención sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971) y desde 2008, han sido reconocidos como Sitio Ramsar. México.
“Dada la importancia del Sistema Lagunar Nichupté, como ecosistema regulador del régimen hidrológico, hábitat de diversas especies y su valor económico, científico, cultural y recreativo, instamos a las autoridades correspondientes a tomar medidas urgentes para evitar una catástrofe ambiental irreversible”, concluyó.
