Triunfó Milei. La Argentina vivirá una nueva experiencia socio-económica y socio-política. Delicadas y peligrosas me parecen ambas cosas por vivir, pero, bueno el hartazgo producido por la “casta” produjo, ahora sí, con justa razón el triunfo de Libertad Avanza, el partido de Javier Milei.
Imagínense, rápidamente los mexicanos Lilly Téllez, Vicente Fox, Claudio Xicoténcatl González, Xóchitl Gálvez y otros derechistas felicitaron al fanfarrón ese, sin darse cuenta que el triunfo del argentino tuvo como base atacar, denunciar e insultar a la clase política “esa que tiene el culo pegado a la silla”, diría en sus discursos el candidato libertario, que es a la que pertenecen, precisamente, Fox, Salinas Pliego, Téllez, Claudio X. y Xóchitl.
Los políticos conservadores mexicanos parecen no darse cuenta de esa obviedad, de que la “casta” argentina es a la que pertenecen los conservadores mexicanos, a la que se refiere, cotidianamente, en Las Mañaneras, el presidente de México. O sea, la casta mexicana son los “fifís”, los empresarios derechistas, los periodistas conservadores y reaccionarios, que son igualitos a los argentinos referidos, por Javier Milei, en cada lugar al que tuvo acceso.
No debemos olvidar que Salvador Alvarado, ex gobernador de Yucatán, acuñó el término “casta divina”, para referirse a los hacendados conservadores de Yucatán. A esa casta pertenecen muchos de los militantes del actual Partido Acción Nacional, y parecen no darse cuenta, que Milei derrotó a congéneres de los mexicanos y los yucatecos.
En su estupidez Milei dice que derrotó a los socialistas. Pero nunca bosquejo qué es el socialismo y por ende, qué es ser socialista.
Por principio de cuentas, gobiernos que suceden apegados a la oligarquía, respetando sus valores y manteniendo inalterables sus privilegios, pueden tener el calificativo que se quiera, menos el de socialistas. Si hay religiones, funcionamiento de centros de culto religiosos y relaciones filiales con los representantes de la iglesia, en un país determinado, no puede haber socialismo. También la economía socialista dista mucho de la economía de mercado. ¿Dónde hay esa economía socialista de la que habla Milei? Que me lo responsa Javier, ¿dónde, carajo, donde? Nada más en su hocico, del que salieron frases apantalladoras y sofismas que nadie supo contestar, por estar basadas en fechas y nombres de la historia económica mundial.
En su paroxismo, en su delirio por la libertad y la anarquía, (esperemos ver si él, respetará la libertad de los demás, cuando se expresen por algún desacuerdo con el recién electo presidente), ojalá no lleve a una conflagración, al Cono Sur.