31 de octubre/ Cancún, Q. Roo.- El pasado 26 de julio, Abraham Julián Silva Rivera, de 21 años, tenía programado abordar un avión en el Aeropuerto Internacional de Cancún, con destino a su lugar de residencia, en la Ciudad de México, pero desapareció.
La persona que tenía a su cargo conducirlo a la terminal, lo dejó en la puerta, listo para abordar; envió vía telefónica la evidencia fotográfica a Nancy Silva, la mamá del joven, y se marchó, pensándolo a salvo.
Abraham, boleto en mano, se disponía a subir al avión, pero al parecer tuvo una crisis de depresión y ansiedad que el personal de la aerolínea confundió con un ataque de pánico. No le permitieron abordar y, luego de ello, se perdió la pista al joven.
De acuerdo con reportes posteriores, el muchacho estuvo deambulando en el aeropuerto. Tiempo después se supo que lo remitieron al “Torito”, por razones desconocidas. Luego, fue visto por “El Crucero, el Hospital General “Jesús Kumate” o por Rancho Viejo.
En su devenir, ni el personal de la aerolínea, del aeropuerto, ni autoridades o personas con las que se cruzó, detectaron, ni reportaron su estado de extravío.
Las cámaras de videovigilancia del Complejo de Seguridad C-5 han brillado por su ausencia. La familia no tiene la certeza de que se usaran para rastrearlo, pero tampoco han servido para dar con él.
Lo anterior evidencia las fallas, carencia de protocolos y la ausente cultura de la población ante la desaparición o no localización de personas, un fenómeno que va en aumento, ya sea por situaciones ilícitas o por problemas de salud mental.
Nancy Silva, mamá de Abraham, quien se quedó esperándolo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, comenzó a buscarlo; por problemas económicos, tardó para viajar a Cancún, en donde denunció su desaparición, el 10 de agosto.
Ante las dilaciones de la autoridad, la señora tuvo que marcharse el pasado 29 de agosto, un día antes del cumpleaños del joven. La mujer tiene dos hijos mas.
El caso es monitoreado por el colectivo “Verdad, Memoria y Justicia”, cuya fundadora, Romana Rivera, relató que la madre de Abraham estuvo durmiendo dos días en la Fiscalía General de Quintana Roo (FGE), en esta ciudad, porque no tenía a dónde ir, ni a dónde recurrir.
Después de marcharse de Cancún, la Nancy fue informada de que su hijo había sido visto “deambulando” y que fue reportado como sospechoso, por lo que una patrulla lo detuvo.
“Efectivamente, después de su salida del Aeropuerto, estuvo dos días en el ‘Torito’, pero realmente ahí es donde creemos que no se aplicaron los protocolos debidamente, porque cuando ingresan a ese lugar, deben haber sido valorados médicamente para saber si iba alcoholizado, drogado o si tiene algún problema de salud o mental.
“Después lo soltaron y él sigue deambulando. Se tiene información de que lo han visto aquí, allá; la señora estuvo una semana aquí y a donde le decían, corríamos, en la medida de lo posible anduve con ella; en otras, la Comisión de Búsqueda, en otras, con Fiscalía o del Palacio municipal”, relató.
Romana lanzó un nuevo llamado a la sociedad, para poner atención ante la difusión de las fichas de personas desaparecidas o cuando vea a alguien deambulando, desorientado.
“Necesitamos el apoyo de la comunidad, porque necesitamos el apoyo de la sociedad, que cuando se está reportando a una persona con problemas, hay que ayudarle, hay que reportarlo, hay que detenerlo, hablar al 911 o a la Fiscalía o a la página del colectivo.
“Un momento cambia la vida de un ser humano. Podemos decir que esta persona por estar en la situación en la que está, es vulnerable a cualquier cosa, puede ser violentado. Pedimos el apoyo de la sociedad para encontrarlo. Se sigue buscando. Hay una madre que lo busca, que lo espera”, subrayó.