Opiniones

Galería “Fernando Castro Pacheco”

Limpio, muy bien dispuestas las obras en las salas expositivas, climatizado para pensar con comodidad, ubicado magníficamente en el Paseo Montejo, no muy lejos de las Casas Gemelas, el Centro Cultural “Fernando Castro Pacheco”, recién inaugurado, puede presumir de tener una buena respuesta por la cantidad de gente que acude a él, para conocer una parte mínima de la obra plástica de Fernando Castro Pacheco, quien ha tenido la suerte de que su obra sea expuesta por políticos de distintas épocas, pues sus murales los pintó en 1974, cuando su amigo, Carlos Loret de Mola, lo trajo a Yucatán para la realización de esas obras en los muros del Salón de la Historia del Palacio de Gobierno, y ahora, ya fallecido, el presidente municipal, Renán Barrera Concha, le  dedica la galería homónima.

Conocí personalmente al pintor. Estuve en su aséptica casa en dos o tres ocasiones, porque deseaba que una alumna mía, fuera su modelo, y luego por una solicitud que la maestra Socorro Cerón, deseaba hacerle. Lo escuché hablar de las obras suyas pertenecientes a su colección particular, a las que consideraba de especial calidad y con un anecdotario magnifico. Me pareció un gran conversador y alguien que debió haber sido muy guapo en su juventud.

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Como creador, me parece muy buen dibujante, pero no así, como pintor, aunque tiene un indudable dominio técnico. Su obra nunca me pareció genuina, porque yo conocía la obra del pintor ruso Aleksander Deineka, en el que parece que el yucateco se basó, para el cromatismo utilizado en sus personajes, ambientes y atmosferas.

Como obra figurativa que es su producción, es, hasta cierto punto, fácil de apreciar su contenido y continente. Además, sus mujeres se parecen a las de Francisco  Zúñiga, en cuanto a su sentido racial y morfología.

Me parece una lástima que no hubiera rebasado la formalidad, y en vez de ella, ir a las entrañas de sus fuerzas, -que las tenía-, y hacer lo que, tanto Carlos Fuentes como Octavio Paz, buscaban, composición  contemporánea del espíritu mexicano, ya bajado de las ideas de la revolución mexicana.

Bien, bien. La importancia de este choro va en el sentido de aplaudir la iniciativa de Renán Barrera e Irving Berlín Villafaña, alcalde de Mérida y director de cultura del Ayuntamiento, respectivamente, de ocuparse de darnos el arte de un artista, en este tiempo de contracultura, es decir, cuando  se ponen todos los valores culturales en el altar de la diversión banal, a fin de comercializarlos y favorecer al acopio de billetes y monedas.

Fernando García Ponce tuvo ya su sección en el MACAY(¿?). Faltan por hacer del dominio público, las obras de Gabriel Ramírez y las de Carlos Lores Hurtado, que juntada toda, la de este último, daría para un museo muy interesante, porque eso fue Carlos Lores, un pintor interesante, productivo y creativo. En Paseo Montejo hay un edificio moderno, donde hay un mural de él. Quizá, comprado ese predio, se podría allí, tener el Museo o Centro Cultural, Carlos Lores Hurtado.

La máquina del arte del ayuntamiento de Mérida está echada a andar, no la detengan, por favor, sigan, sigan, van muy bien.

Necesitamos más galerías o centros culturales como el “Fernando Castro Pacheco”.

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