Tras larga dolencia, ayer se desligó de la vida en la Casa del Sacerdote de esta ciudad, a los 91 años de edad, el apreciado sacerdote Miguel Ángel Castillo Castillo.
Hijo de la señora Anastasia Castillo Castillo, quien falleció al poco tiempo de su maternidad, y creció bajo los cuidados de la señora María Urcelay de Hijuelos, su madrina.
Ingresó al Seminario de Mérida en 1944, recibió el diaconado el 18 de septiembre de 1954 y el orden sacerdotal el 8 de diciembre del mismo año, de manos del Arzobispo Fernando Ruiz Solórzano, en el convento de las Madres de la Cruz.
De 1954 a 1958, fue vicario de la parroquia de la Purísima Concepción y San José, en Progreso; de 1958 a 1961, titular de la parroquia meridana de San Francisco de Asís. Luego, durante una década, director espiritual del Seminario Conciliar. De 1971 a 1979, párroco de Santiago Apóstol y después de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Itzimná. Participó en el Consejo Presbiteral y Comisiones Diocesanas.
En sus últimos años de servicio fue capellán de San Antonio de Padua, en San Antonio Cinta. Este año cumpliría 69 años de ordenación sacerdotal.
La noche de ayer, en la Casa del Sacerdote, los obispos auxiliares Pedro Mena Díaz y Mario Medina Balam celebraron una misa de cuerpo presente. La velación continuó y hoy se hará lo propio a partir de las 9 horas en la sede parroquial de Itzimná, donde a las 11 de la mañana el obispo auxiliar Pedro Mena oficiará una misa.
El cuerpo será incinerado y las cenizas depositadas en el Centro Comunitario de la parroquia Itzimná en horario por confirmar.
Le sobreviven integrantes de su familia Mendoza Hijuelos y hermanos sacerdotes.
La salud del padre Miguel se había deteriorado en los últimos días, de manera que en las celebraciones eucarísticas se pedía por el apreciado sacerdote, quien entre sus últimas encomiendas fue rector de la iglesia de San Antonio de Padua de la colonia San Antonio Cinta.