Una mañana me llamó el Dr. Eduardo Tello, Srio. Asuntos Culturales y Deportes:
–Escucha -me dijo- tú, como jefe del departamento de Cultura de mi oficina, quiero que me localices el carro que utilizó la emperatriz Carlota en Yucatán. Muchos me preguntan y tengo que decirles que no sé dónde se encuentra. Tu misión será descubrir dónde se halla. Te acompañará mi chofer, que es un experto en asuntos históricos y de seguro te llevará al lugar indicado.
Y tuvo razón el funcionario, pues después de una larga travesía en la camioneta de Eduardo, averiguamos que el carro de Carlota se hallaba en la hacienda San Bernardo, junto a otro carro.
Los dos estaban impecables y los guardaban en uno de los departamentos de la susodicha hacienda, donde también veíanse otras antigüedades de los tiempos de Maximiliano.
San Bernardo era de la propiedad del Abg. D. Fernando Palma, quien se portó de maravilla con nosotros, explicándonos que el carro estaba más seguro en San Bernardo que en manos ajenas que tal vez quisieran venderlo como reliquia o algo por el estilo.
Por cierto que redrojeando por aquí y por allá tuvimos oportunidad de conocer bellas y bien conservadas antigüedades y en ello estábamos cuando nos sorprendió ver una hamaca un tanto deshilachada y fusiles viejos que seguramente pertenecieron a la Guerra de Castas.
Cumplida la orden del C. Secretario, retornamos a Mérida con la buena noticia de que el carro de la Emperatriz se hallaba en perfectas condiciones. Luego fue rescatado y estuvo un tiempo en el Museo Yucateco y hoy no sabemos su destino.