Quien lo ve caminando por las calles de Mérida no imagina la pasión que este hombre lleva dentro. Se trata de una de las personas más activas de la ciudad que se pueda imaginar. Estoy hablando de Ariosto Aké Zaldívar. Natural y vecino de la muy noble y muy leal ciudad de Mérida.
Desde muy joven fue un hombre muy inquieto. Incluso de niño, en la escuela primaria “Manuel Sales Cepeda” y en la secundaria “Adolfo Cisneros Cámara” ya escribía sus versos; sin embargo, su fuerte era la oratoria. En todo festival de la escuela, el encargado de los discursos fue siempre el compañero Ariosto.
Posteriormente, por alguna razón, estudió el bachillerato en la ciudad Martínez de la Torre, en el Estado de Veracruz. En dicho lugar se inició profesionalmente como maestro de primaria. Como buen yucateco, regresó al terruño en donde el entonces alcalde Gaspar Gómez Chacón, mirando la intensidad que imprimía a todos los encargos en el puesto que desempeñaba en el ayuntamiento, lo llama para nombrarlo director de cultura.
Coordinador de toda la actividad cultural (teatro, música, etc.), durante este trabajo le nace la inquietud de escribir poesía y componer canciones. Destacando como conductor de eventos en el Museo de la Canción Yucateca. Director de radio en estaciones locales durante treinta y cinco años, en las difusoras de la localidad.
Ariosto Aké es un hombre menudo, muy moreno, lo que demuestra y está orgulloso de su grandiosa raza maya y al que se le puede ver en diversas tertulias por los cuatro puntos cardinales de nuestra urbe,
Actualmente está como inquilino letrista en el Museo de la Canción Yucateca, espacio que dirige Selena Fernández, y de la Orquesta Típica Yucalpetén. Misma que ha interpretado alguna de sus composiciones.
Un gran ser humano, compositor y promotor de la cultura que jamás olvida su primera pasión: el magisterio. Hombre de gran talento.