Bienestar Espiritual

“¡Este es el día en que el señor actuó! ¡Alegrémonos y regocijémonos en él!”

(Salmo 118:24).

Padre Santísimo: ¡Bendito seas en este heladísimo despertar de este segundo martes de septiembre!

rel="nofollow"

Nuestro equipo se regocija porque estamos viendo que, ¡ESTE ES EL DÍA EN QUE ACTÚAS, TÚ, NUESTRO DIOS Y NOS CONCEDES QUE PALPEMOS TU SAGRADO MANTO Y EN ÉL ENCONTREMOS SALUD PARA TODOS LOS QUE TE PRESENTEMOS EN ESTE FERVIENTE MOMENTO DE ORACIÓN! Hoy, Padre Santísimo, ni Te alabamos ni Te hablamos con nuestros labios. Hoy enmudecemos, porque con solo mirarte con nuestros ojos del espíritu, contemplar Tu Manto de Gloria que destila un increíble poder, nos deja perplejos, enmudecidos, de una sola pieza y nos hace alegrarnos y regocijarnos, porque, aunque Tú no abras Tus labios divinos, escuchamos lo que nos dices directo al corazón y eso nos basta.

Hoy Te damos gracias, porque contemplamos Tu Bondad y constatamos que Tu Amor en verdad es perdurable, es maravilloso y es eterno como Tú, Padre Santísimo. Proclamaremos a todas las futuras generaciones que, cuando estábamos envueltos en angustias y con el agua hasta el cuello, Tú, nos respondiste y nos libraste. Ahí constatamos que, Tú, oh Padre Santísimo, estabas con nosotros, hasta el miedo huyó de nosotros, de inmediato nos sentimos transformados en seres extraordinarios, excepcionales y con valentía exclamamos: ¿QUÉ NOS PUEDE HACER UN SIMPLE MORTAL?  Tú mismo, Padre Santísimo, estás con nosotros, sales a nuestra ayuda y pronto veremos derribados a los que con odio nos oprimen y nuestro mal desean. Es mejor que nos refugiemos en Ti, Señor, que poner nuestra confianza en simples mortales, porque, aunque tengan poder, tienen límites y no se pueden comparar contigo

Desde ahora comprobamos que, aunque todas las naciones nos ataquen, en el Nombre Omnipotente de JESUCRISTO, NUESTRO SALVADOR, LAS ANIQUILAREMOS. Aunque nos veamos rodeados por mil fuerzas enemigas, en el Nombre del Señor Omnipotente se desvanecerán. Con nuestra valiente actitud demostraremos seguridad, superioridad y supremacía sobre todos ellos. Los haremos que huyan despavoridos cuando escuchen sus oídos entonar con la potencia de nuestras voces impregnadas de energía divina: “¡EL SEÑOR ES NUESTRA FUERZA Y NUESTRO CANTO! ¡ÉL ES NUESTRA SALVACIÓN!”

Padre Santísimo: ¡Bendito, sea Tu Hijo Amado, quien viene en Tu Nombre a darnos libertad y a inspirarnos e infundirnos valentía celestial! ¡Danos la salvación! ¡Concédenos la victoria! Queremos bendecir a las generaciones futuras desde este lugar de Tu Bendita y omnipotente presencia. Es nuestra consigna lograr en Tu Nombre UNA GRAN COMUNIDAD UNIDA, PORTANDO RAMAS DE OLIVO Y LLEGANDO HASTA TU SANTO ALTAR CON GRATITUD E HIMNOS DE VICTORIA QUE EXALTEN TU NOMBRE BENDITO Y GLORIOSO.

Padre Santísimo: ¡Multiplica a nuestro EQUIPO DE ORACIÓN! ¡HAZLO PODEROSO Y NUMEROSO A FIN DE QUE SEAMOS UN EJÉRCITO QUE EN MEDIO DE TANTA GENTE EN DESGRACIA Y PADECIENDO MIL NECESIDADES, NOS PREPAREMOS PARA IR EN SU AYUDA Y VER CÓMO CON TU PRESENCIA EN NOSOTROS, LEVATAREMOS A MUCHOS QUE, HASTA HOY, ¡NADIE ACUDE EN SU AUXILIO! ¡NADIE LES TIENDE LA MANO, NADIE LES DA PALABRAS DE VIDA Y DE ESPERANZA!

Padre Santísimo: Nos vamos a nuestras tareas, pero convencidos de que Tu Mano Poderosa y Bendita, nos inspira confianza, nos hace vibrar de emoción y nos asegura una contundente victoria.

¡Bendito seas, oh Dios Santísimo, porque este es el día en que estás actuando y poniendo todo a nuestro favor! Amén.

Deja un comentario

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba