Bienestar Espiritual

Oración: “¡Refúgiate en el Señor! ¡Jamás confíes en el hombre!”

¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Santísimo: Nuestro saludo matutino, ¡es de una profunda gratitud! Tres saludos en uno solo sintetizan el amor que sentimos por TI SANTÍSIMA TRINIDAD, OH DIOS UNO, SINGULAR, PLURAL Y PLENITUD DIVINA.

En este momento, nos dirigimos a Ti para expresarte, ¡cuán agradecidos estamos, porque en Ti encontramos nuestra perfección, nuestra llenura, nuestra potenciación, nuestra razón poderosísima de vivir, nuestros tremendos deseos de superación, nuestra excelente disposición para hacer que nuestra Luz interna sea vista por todos en su máxima expresión! Y así, nosotros seamos el motivo por el que muchísimos Te glorifiquen, oh Dios Trino y Uno, a la vez que se vean movidos y conmovidos a ser parte de los redimidos, de los iluminados, de los que hemos recobrado nuestra verdadera naturaleza y nos hemos atrevido a arrancar del mismo cielo todo aquello que nos ha transformado y bendecido de manera sensacional.

rel="nofollow"

Quienes nos sentimos y nos vemos altamente beneficiados, puestos de rodillas Te agradecemos infinitamente por esa lluvia de tanta bondad y tanto favor divino, mismo que nos hace cada día más semejantes a Ti, haciendo que nuestra imagen sea Tu Imagen Divina que oculta y desaparece todo lo limitado, lo impotente, lo pobre, lo insignificante, lo enfermo, lo doloroso, lo desgraciado, lo deficiente, lo defectuoso y lo ignorante que tuvimos en el ayer. Fue el espíritu Santo quien nos hizo recapacitar en convencernos plenamente que, “Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el ser humano.” (Salmos 118:8).

El ayer que confiamos en alguien y no en Ti, oh Padre Santísimo, nos llevó a la desgracia, a la ignominia, a la miseria y al desencanto. Ahora, al mismo Cielo lo vemos más esplendoroso y muchísimo más espléndido, pero lo más bello de todo y que todo, Tú, lo has fijado en nuestro interior y ahora, que somos diferentes al pasado, nuestro nuevo amanecer nos ha regalado UN NUEVO DESPERTAR LLENO DE COSAS MUY GRATAS, PORQUE LO MERAMENTE NATURAL, SE REVISTE DE LO IMPERECEDERO Y LO CONVIERTE EN VALOR Y JOYA PROPIO DE PRÍNCIPES DE LA MÁS ENCUMBRADA NOBLEZA CELESTIAL.
Hoy lo interior se manifiesta al exterior. Hoy los tres elementos que nos forman: Espíritu, Alma y Cuerpo, forman un solo ser bien trabado y que hace del cuerpo material, el lugar de las manifestaciones divinas que nos hacen ser SERES EXITOSOS, BIEN POCISIONADOS, BIEN SEGUROS DE NOSOTROS MISMOS, CON UN VALOR QUE AHUYENTA TODO TEMOR Y TODA INCERTIDUMBRE.

Que hace que nuestro espíritu esté en comunión ininterrumpida con el Espíritu Santo, Bondadoso y Vivificador y, le añada a nuestro existir esa parte divina que tanta falta le hace para lograr que la imagen y la semejanza divinas se potencien como nunca en nosotros.

Que logra que NUESTRO VERDADERO YO, que es nuestra alma, sea tan congruente por hacer que la inteligencia se vea llena de conocimientos, de ciencia, de tecnología, de filosofía y de todas las bellas artes que enriquecen y engalanan nuestra vida; y que nuestra voluntad sea de acero altamente resistente que nos hace seres de carácter fuerte, de palabra poderosa y firme, que es causa de orgullo, de complacencia que conmueve al mismo corazón divino y lo doblega a nuestro favor.

Padre Santísimo: ¡Bendito seas porque hoy nos has revelado lo maravilloso que es el que valoremos nuestras tres partes de que estamos hechos y logremos hacer que, con Tu Luz divina, todo cuanto somos sea para gloria, honra y adoración a la Trinidad Santísima, porque, también a nosotros nos hizo tan semejantes con Su divinidad que nos formó de tres elementos que conforman nuestro yo integral! Amén.
Antes de despedirnos de estos momentos de gloria, solo deseamos agradecerte, porque, aunque no tuvimos la suerte de San Pablo de remontarnos al Tercer Cielo de Tu Inmensa Gloria, por lo menos Te hemos contemplado con los ojos del espíritu, nos hemos complacido en Ti, nos hemos regocijado, nos hemos fortalecido en Ti y ahora, solo queremos hablar de LO MARAVILLOSO que es estar ante Tu Paternal mirada.

Padre: ¡Bendito seas por ser quién eres y porque nadie hay como Tu!

Deja un comentario

Botón volver arriba