¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Bonitísimo: ¡Que nuestro saludo matinal sea acompañado con este húmedo y maravilloso amanecer!
Esta noche ha sido muy bendecida y hemos amanecido con ese tremendo e increíble deseo de arrebatar LO QUE TÚ. OH PADRE SANTÍSIMO, NOS TIENES DEPARADO. VAMOS A LUCHAR CON TODA INTELIGENCIA, CON TODA SAGACIDAD, CON TODA SABIDURÍA, PORQUE, ASÍ COMO JACOB SE ROBÓ LA BENDICIÓN DE SU HERMANO ESAÚ, ¡ASÍ NOSOTROS ARREBATAREMOS DE TUS MANOS DIVINAS LAS BENDICIONES CELESTIALES! ESTAMOS CONVECIDOS QUE LA VALENTÍA SIN INTELIGENCIA, SIN ESTRATEGIA Y SIN DECISIÓN, ¡NO LOGRAN SU COMETIDO!
Padre Santísimo: nos cuesta mucho trabajo el comprender cómo la valentía nos lleva al esfuerzo, a la decisión, a la acción y al empoderamiento. Esa es la acción de la gracia divina del Espíritu Santo que nos hace aptos, que nos capacita y que con tremenda energía nos mueve a hacer de lo ordinario, de lo común y de lo simple, ¡TODO UN EVENTO FUERA DE SERIE! ¡NOS CONVIERTE EN SERES DE EDICIÓN ESPECIAL, PORQUE LES ADICIONA ESE PLUS QUE MARCA LA DIFERENCIA!
Padre Santísimo: ¿Sería una grave ofensa el atrevimiento de arrebatarte esas bendiciones reservadas para otros hijos Tuyos que están distraídos o que están a la espera de Tu beneplácito?
Nosotros, que de corazón imploramos TU GRAN BENEVOLENCIA Y TU PRONTA ACCIÓN, NOS ATREVEMOS A VIOLENTARNOS PARA ARRANCAR DE TUS MANOS TODO CUANTO NECESITAMOS PARA HACER DE NUESTROS SUEÑOS “LA MÁS BELLA DE LAS REALIDADES”.
Por medio de Tu siervo Moisés, Te dirigiste al Nuevo Líder Josué, el hijo de Nun y le recomendaste encarecidamente: “Esfuérzate y sé valiente, porque tú serás quien reparta a este pueblo, como herencia, la tierra que juré a sus padres que les daría. ¡PERO, TIENES QUE ESFORZARTE Y SER VALIENTE!” (José 1:6-7).
Ante esa actitud propia de los destacados, de los osados, de los atrevidos, de los arrojados y de los decididos, nosotros, este equipo de oración matinal, se transforma, se llena de valor, se indigna del ayer y se apresta para demostrarte desde ahora, que está dispuesto a abusar de Tu confianza y se dispone a arrebatarte, oh Padre Santísimo, TODAS LAS BENDICIONES Y TODO EL PODER PARA EMPRENDER LA BATALLA EN LA QUE NOS SENTIMOS INCAPACES, PERO QUE AHORA, CONTANDO CON TU PRESENCIA VAMOS DECIDIDOS A MARCAR LA DIFERENCIA.
Andar con miramientos, con cálculos meramente humanos, con razonamientos de una rigurosa lógica, considerando la edad, los tiempos difíciles y adversos y, ponderando además nuestras limitaciones, nos conduce a que, Tú mismo, Padre Santísimo, en vez de compadecerte de nosotros, nos arrojes de Ti como siervos inútiles y buenos para nada.
El mensaje está claro. Tú, Padre Santísimo, no Te andas con medias tintas, ni estás dispuesto a tener amigos endebles, cobardes, inmaduros, negligentes e indecisos.
Te agradecemos, oh Padre mil veces bendito, porque estando contigo, nuestro espíritu se vio fortalecido y seriamente comprometido a mover todo cuanto de Ti hemos recibido para hacer de nuestro presente TODO UN DEMOSTRARTE QUE TU GRACIA NO SERÁ VANA NI ESTÉRIL EN NOSOTROS, SINO QUE PRODUCIRÁ LOS FRUTOS QUE TÚ YA HAS VISTO Y DESDE AHORA, MÁS QUE AYER, TÚ TE SENTIRÁS MÁS COMPLACIDO CON NUESTRA NUEVA FORMA DE SER, DE PENSAR, DE HABLAR Y DE ACTUAR.
Padre Santísimo: Nos despedimos de Tu presencia exclamando con el Espíritu Santo: “¡No a nosotros, Señor, nos des la gloria, ¡no a nosotros! ¡sino a Tu Nombre, llevado por Tu amor y Tu lealtad!” (Salmo 115:1). Amén.