Opiniones

El quinto informe

            La información es equívoca. Para precisar, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no rindió su quinto informe de gobierno, el pasado viernes 1 de septiembre, en Campeche (ver “Mañana, 5o. Informe de gobierno y supervisión de Tren Maya”, EstamosAquí.mx, 31 agosto 2023). Sólo emitió un mensaje político con motivo de la efeméride, ante una “audiencia fiel al orador”, como se calificó en el diario español “El País”. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ordena indubitablemente: “En la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo de cada año de ejercicio del Congreso (el 1 de septiembre de cada año), el presidente de la República presentará un informe por escrito, en el que manifieste el estado general que guarda la administración pública del país”. La entrega del documento escrito del quinto informe de gobierno al Congreso de la Unión estuvo a cargo de la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján. Éste es el imperativo constitucional, lo otro, el caso de Campeche, es asunto político.

            El presidente de la República sigue, de alguna manera, el ritual del PRI en materia de informes de gobierno. Antaño, considerado además como el “Día del Presidente”, el del turno sexenal acudía a la sede del Poder Legislativo y rendía un informe incluido un mensaje de carácter político, no separaba los actos, como ahora. Era todo un espectáculo político. El presidente salía de la residencia presidencial, Los Pinos, previa entrevista junto con su familia con la televisión nacional, e iniciaba un recorrido callejero, en medio de vallas de personal burocrático y de los sectores y agrupaciones del PRI. La caída de confeti era rigurosa. En el Congreso, refería sus logros, hablaba y hablaba (Echeverría) o lloraba (López Portillo), en medio de la alabanzas de los diputados, senadores e invitados al acto “patriótico”. Luego, otra vez el paseo callejero hasta Palacio Nacional, donde comenzaba, lo que se llamó popularmente, el “besa manos” al poderoso presidente de la República. Así, cada año.

rel="nofollow"

            En los tiempos del dominio priista, luego del informe y del “destape” presidencial, comenzaba el declive del presidente de la República en turno. La “cargada” se orientaba a la figura del candidato del PRI. Así era el pacto priista. Es posible que esta línea priista se mantenga después del quinto informe de López Obrador, o quizá no sea así. De cualquier manera, el inevitable ocaso de la administración de la “cuatroté”, ha comenzado. El presidente de la República intentó en otras ocasiones llegar a la “Silla del Águila”: en 2006, perdió ante el panista Felipe Calderón Hinojosa, por escaso margen de votos; en 2012, ante el priista Enrique Peña Nieto, con un margen de votación más amplio; y en 2018, finalmente logró su ambición política, derrotando al priista José Antonio Meade Kuribreña y al panista Ricardo Anaya Cortés. No consiguió gobernar seis años, como se implantó en la administración pública federal, desde el periodo constitucional del presidente Lázaro Cárdenas. Lo hará por 5 años y 10 meses: del 1 de diciembre de 2018 al 30 de septiembre de 2024.

            Dados los antecedentes de la ambición política del presidente de la República, es difícil que se aparte de la cosa pública federal en lo que resta de su administración, poco menos de trece meses. Lo expresó así: “Yo sigo gobernando hasta que entregue la banda presidencial”, que será el próximo 1 de octubre de 2024. Aunque sí lo haría, dijo, del “movimiento de transformación”, ya que “ahora llegó el momento de que yo entregue la dirección del movimiento”. Y seguro que será espectacular, como lo han sido sus “asambleas informativas” con cualquier pretexto: “ya tengo preparado el bastón de mando con cintas de todos colores para entregarlo el próximo 6 de septiembre”. En esta fecha, se conocerá a su favorita “corcholata” presidencial, que según las encuestas y mediciones electorales, sería la exJefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo. Ella, recibiría el “bastón de mando”. Y tal vez, comience otra historia, aunque es posible que ella intente ser la “segunda parte” de la denominada “cuarta transformación” lopezobradorista; aunque, recuérdese, como escribió Miguel de Cervantes Saavedra, en “Don Quijote de la Mancha”: “Nunca segundas partes fueron buenas”. En fin, ya veremos.

            Como quiera que sea, el declive del gobierno de la “cuatroté” ya inició. Algunos comentaristas opinan que en los días finales se “observará a un presidente ocupado en garantizar la continuidad en su proyecto político, en culminar obras y en dejar los trazos para dar línea a su sucesor”. Algunos ejemplos, apuntados en agosto último: “Continuar la inversión en obras públicas y la creación de infraestructura”, “Pensar en la construcción de trenes de pasajeros”, “Comprar un banco”, “Impulsar una reforma al Poder Judicial”, “Mantener la mañanera o un ejercicio similar para mantener informada la población” (ver “Los últimos meses de AMLO: ocupado en la continuidad y en dar línea a su sucesor”, Expansión Política, 1 septiembre 2023). El fin de la “cuatroté” implica los análisis iniciales de la administración lopezobradorista. Uno da cuenta de algunas “mentiras, frases engañosas o sin sustento”, que en cinco años ha dicho el presidente López Obrador, “ya sea en su conferencia mañanera, en informes u otros eventos o pronunciamientos” (ver “Los otros datos de AMLO: más de 100 frases falsas del presidente en cinco años de gobierno”, Animal Político, 1 septiembre 2023). Otros medios abundan sobre el tema, por ejemplo, en diciembre de 2022, un portal aseguró que en cuatro años de gobierno el presidente ha externado “101 mil 155 afirmaciones falsas, engañosas o que no se pueden probar” (ver “Conferencias matutinas al 23 de diciembre de 2022”, Infografía de “Spin-Taller de comunicación política”, visto el 1 de septiembre de 2023). El asunto es un procedimiento natural. No es extraño ni sorprendente. Es el momento para hacer el “balance” del gobierno federal. Ahora, e inmediatamente después de que haya abandonado el Palacio Nacional.

            La celebración del quinto informe de gobierno marcó también la publicidad de la agenda legislativa del gobierno federal en el último tramo de la administración de López Obrador. Al anunciarla, la Secretaria de Gobernación Alcalde Luján, pidió a los legisladores de Morena y aliados, “a sacar adelante y acompañar las reformas planteadas por el presidente López Obrador”: a). “Reforma constitucional para reducir la edad de 68 a 65 años en el programa de personas adultas mayores”, b). “Universalización de la pensión a personas con alguna discapacidad”, c). “Elevar a rango constitucional del programa Sembrando Vida”, d).“Control operacional de la Guardia Nacional a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional” (ver “Luisa Alcalde presenta la agenda de reformas de AMLO: Guardia Nacional, pensiones, Sembrando Vida”, Proceso, 31 agosto 2023).

            No está incluida la reforma al Poder Judicial, que tanta desazón y angustia causa a los morenistas del gobierno federal y del Poder Legislativo, toda vez que éstos no tienen hoy los votos suficientes en las cámaras del Congreso de la Unión para lograr una mayoría calificada que modifique la Ley Fundamental de los mexicanos. Aunque en el mensaje político del quinto informe, el presidente López Obrador “adelantó que enviará una reforma constitucional para limpiar al Poder Judicial de complicidades, conflictos de interés, corrupción y derroche de recursos”. Insistió: “Así como se elige a los diputados locales, federales, senadores, así hay que elegir a los jueces, magistrados y ministros”. No informó cuándo la presentaría ante el Congreso de la Unión. Si lo hace ahora, fracasaría. Aunque resulta engañoso el dicho presidencial, ya que luego pidió que el de la reforma judicial sea “uno de los temas que se discutan en las campañas electorales del próximo año”. El nuevo presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, el panista Jorge Romero Herrera, declaró que “no vamos a avanzar” en una reforma judicial, si su “contenido es una reforma que limite sus facultades” (ver “El panista Jorge Romero presidirá la Jucopo en San Lázaro; descarta reforma al Poder Judicial”, Proceso, 31 agosto 2023). El Poder Judicial no fue invitado a asistir al mensaje político del quinto informe.

            Después del acto político en Campeche, el presidente de la República viajó en el Tren Maya a Mérida y luego a Cancún. Muchas horas de un viaje “accidentado”, como reportó la prensa. En Chichén Itzá inauguró “simbólicamente” la zona conocida como Chichén Viejo. El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto Hernández, calificó el trabajo como la “mayor investigación arqueológica que se ha realizado en el área maya de Mesoamérica”. Y en Cancún también de manera “simbólica”, inauguró el “Bulevar Luis Donaldo Colosio”. Ambas obras, se informó periodísticamente, aún no están concluidas para que entren al servicio de la colectividad.

            “Chu, chu, chu…”

            “El Tren Maya va muy bien, chu, chu, chu”, expresó en alguna ocasión el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, cuando se le cuestionó sobre los “bienes que supuestamente no incluyó en su declaración patrimonial” (ver “El Tren Maya va muy bien, chu, chu, chu, responde Bartlett al ser cuestionados sobre investigación de la SFP”, Aristegui Noticias, 30 septiembre 2019). A Bartlett, recuérdese, se le “cayó” el sistema en 1988, durante la elección de Carlos Salinas de Gortari. Así lo constató, lo del Tren Maya, el presidente López Obrador, después de pronunciar su mensaje político del quinto informe de gobierno. El recorrido, “a baja velocidad, 30 kilómetros por hora”, empezó en Campeche, y terminó en la estación de Teya, Yucatán; el destino final fue Cancún, Quintana Roo. La prueba, en las condiciones previstas, salió aparentemente bien, como vaticinó Bartlett Díaz, “chuc, chu, chu”, aunque con un problema “mecánico” antes de llegar a Chichén Itzá. Un rotativo capitalino publicó: “Con AMLO a bordo, se descompone el Tren Maya”. En un portal informativo se destacó: “AMLO dice que el Tren Maya se inaugurará en diciembre pero que tendrá tiempo de reserva hasta septiembre de 2024”, para, dijo, “comprobar que el ferrocarril esté operando en su totalidad”. El Tren Maya en los documentos oficiales es el “más importante proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo del presente sexenio” (sic). Grandilocuente, el presidente López Obrador, afirmó: “Es la obra más importante que se esté construyendo en el mundo”.

            El ferrocarril es asunto antiguo en Yucatán. En el ensayo “Los primeros intentos de ferrocarril”, en su “Historia de las comunicaciones” (Enciclopedia Yucatanense, Tomo III, Segunda edición, Gobierno de Yucatán, 1977), el Lic. Gabriel Ferrer de Mendiolea, escribe: “Encontramos el primer proyecto de ferrocarril en Yucatán, formulado por el gobernador y comandante militar D. Santiago Méndez y fechado en Campeche el 15 de mayo de 1857, bajo el rubro Presupuesto del costo de construcción y habilitación de un ferrocarril de una sola vía entre Mérida y Progreso”. Más adelante: “El 15 de septiembre de 1881 (…) partió hacia Progreso el tren formado con quince vagones que transportaban unas 1,500 personas”. Luego, por escritura de 1 de noviembre de 1902 se constituyó la sociedad anónima “Ferrocarriles Unidos de Yucatán”. En Wikipedia se informa que los “Ferrocarriles Unidos de Yucatán” operaron en los estados de Yucatán y Campeche hasta 1975”. Y que en 1969, “The Walt Disney Company” compró “cinco de las locomotoras de vapor del ferrocarril, y que funcionan en “Walt Disney Railroad”.

            Hay otra fecha relevante para la sociedad de Mérida: 7 de mayo de 1955. Ese día, informa el Ayuntamiento de Mérida, “fue inaugurado el trenecito del Centenario como una iniciativa de las damas de sociedad de dicha época”. Funciona y muy bien desde hace 68 años para deleite de los meridanos. Que siga así siempre.

            Regla de Xóchitl

            Xóchitl Gálvez Ruiz, al ser declarada coordinadora del Frente Amplio por México, el pasado domingo 3 de septiembre:

            – Mi regla de oro: ni huevones, ni rateros, ni pendejos”.

Deja un comentario

Botón volver arriba