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¿Está China mirando más allá del vecindario ahora que tiene la mayor marina del mundo?

China ha construido la mayor flota naval del mundo, con más de 340 buques de guerra, y hasta hace poco se la consideraba una armada de aguas verdes, que operaba sobre todo cerca de las costas del país.

Sin embargo, la construcción de buques navales por parte de China revela ambiciones de aguas profundas. En los últimos años ha lanzado grandes destructores de misiles guiados, buques de asalto anfibios y portaaviones con capacidad para operar en mar abierto y proyectar su poder a miles de kilómetros de Beijing.

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Para mantener un alcance global, la Armada del Ejército Popular de Liberación necesitará lugares donde esos buques de aguas azules puedan repostar y reponer provisiones lejos de casa.

Un nuevo análisis de la (FDD, por sus siglas en inglés), un think tank con sede en Washington, afirma que la creciente presión de Beijing para conseguir ese acceso a los puertos incluye la ayuda a la construcción de una base naval en Camboya y la exploración de otros posibles emplazamientos para puestos militares tan lejanos como la costa atlántica africana.

A ello se suman las instalaciones del Ejército Popular de Liberación (EPL) en lugares como Argentina, informa el FDD, y Cuba, que pueden hacer de todo, desde vigilar el espacio y rastrear satélites hasta espiar las comunicaciones de los países occidentales.

En conjunto, según los expertos, estos esfuerzos pretenden aumentar el alcance militar de China, que actualmente solo cuenta con una base naval operativa de ultramar en Yibuti, en el Cuerno de África.

China sostiene que la base de Yibuti sirve de apoyo a sus misiones antipiratería y humanitarias en África y Asia Occidental.

Funcionarios chinos han insistido repetidamente en que Beijing no busca “expansión o esferas de influencia” en el extranjero y han rebatido diversas afirmaciones de que está cooperando con otras naciones con vistas a establecer bases de ultramar en su territorio.

El colega de Wittman, el representante demócrata por Massachusetts Seth Moulton, declaró a CNN que Washington debería implicarse más en los países en los que Beijing intenta hacer incursiones porque ofrece lo que China no puede.

“Nuestra primera respuesta debería ser redoblar la diplomacia porque Estados Unidos ofrece libertad, seguridad y oportunidades económicas allí donde China quiere el control”, dijo Moulton.

“El objetivo de China es el dominio mundial a través del control autoritario. Y el autoritarismo es lo que están exportando a otros países y regiones mediante la expansión de su huella militar.”

Esa opinión tiene eco en el Pentágono.

“Lo que es particularmente preocupante sobre las actividades (de China) es la falta de transparencia y claridad en torno a los términos que negocia con los países anfitriones y los fines previstos de estas instalaciones”, dijo a CNN el portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., teniente coronel Martin Meiners.

“Estados Unidos quiere asegurarse de que las naciones del Indo-Pacífico puedan tomar decisiones sobre su futuro económico y de seguridad que sirvan a sus mejores intereses”, añadió.

Por CNN

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