¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
¡Bendito día tengas, oh Padre Bendito, en este último día de agosto!
Padre Santísimo: el haber llegado a Tu Presencia nos mueve a pensar sobre LA RIQUEZA MÁS INVALUABLE Y TAN POCO USADA EN NUESTRAS COMUNIDADES. TODOS TE ALABAMOS, TE BENDECIMOS, TE ADORAMOS, TE AGRADECEMOS Y TE GLORIFICAMOS CON TU HIJO AMADO Y CON EL ESPÍRITU SANTO, PERO OLVIDAMOS QUE, PARA TODA DIFICULTAD, PARA TODO PROBLEMA, PARA TODO LO QUE HUMANAMENTE NOS PARECE IMPOSIBLE, NOS HAS DADO LA PALABRA OMNIPOTENTE QUE NOS ABRE TODAS LAS PUERTAS DE LAS RIQUEZAS OCULTAS, PERO QUE TÚ LAS HAS DESTINADO PARA QUE NOS APROVECHEMOS DE ELLAS. ¡ESTE GRAN PODER ES “EL NOMBRE DE JESÚS!
rel="nofollow"Realmente, en todo el universo, ¡NO HAY OTRO NOMBRE COMO EL DE JESÚS en el que podamos ser salvos de toda enfermedad, de toda dolencia, de toda maldad, de toda esclavitud y de tanto desengaño! Esta verdad nos la da el mismo Espíritu Santo, quien habló por medio de la boca de San Pedro ante el sanedrín judío: “¡EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN! ¡Dios no ha dado ningún otro Nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos!” (Hechos 4:12).
¿NO ES CONMOVEDOR VER AL APÓSTOL SAN PEDRO TOMAR LA PALABRA ANTE LOS SUMOS SACERDOTES Y SU SÉQUITO Y PROCLAMAR CON VEHEMENCIA Y CON PLENA SEGURIDAD DE LO QUE HACÍA Y DECÍA? ¡APRENDAMOS DE LO QUE HIZO EL APÓSTOL, CÓMO LO HIZO Y POR QUÉ LO HIZO! San Pedro, lleno del Espíritu Santo, proclamó: “—Gobernantes del pueblo y líderes religiosos: Hoy se nos procesa por haber favorecido a un paralítico, ¡y se nos pregunta cómo fue sanado! Sepan, pues, todos ustedes y todo el pueblo de Israel que este hombre está aquí delante de ustedes, sano gracias al Nombre de Jesucristo de Nazaret, crucificado por ustedes, pero resucitado por Dios. Jesucristo es “LA PIEDRA QUE DESECHARON USTEDES LOS CONSTRUCTORES Y QUE HA LLEGADO A SER LA PIEDRA ANGULAR”. De hecho, ¡EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN!, porque no hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.” (Hechos 4: 8-12).
Padre Santísimo: ¡Qué pena nos da el ver a nuestros hermanos, a nuestros amigos y a tantos seres que sufren, pudiendo ir a auxiliarlos y hasta a librarlos de sus penas tan amargas y dolorosas pronunciando ese Bendito y Omnipotente Nombre!
¿Tan pronto se nos ha olvidado lo que Cristo, Tu Amado Hijo no dijo con toda claridad?: “Y todo lo que pidan EN MI NOMBRE, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” (San Juan 14:13). Recordemos que también el Espíritu Santo nos proclama: “… para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11).
Padre Santísimo: Venimos a glorificarte, porque hoy vamos a proclamar con toda la fuerza de nuestra voz y con la gracia del Espíritu Santo que, ante este NOMBRE BENDITO Y OMNIPOTENTE DE JESÚS, ¡TODA RODILLA SE INCLINE! PORQUE TODA ENFERMEDAD, TODA DOLENCIA, TODO PROBLEMA QUE PADECEN NUESTROS HERMANOS, PARIENTES Y AMIGOS, LES TENDEMOS LA MANO Y LES ORDENAMOS QUE SE LEVANTEN, DEJEN DE SENTIRSE ENFERMOS, TULLIDOS, PARALIZADOS, DÉBILES, ¡IMPOTENTES Y ENTRAMPADOS POR TANTOS PROBLEMAS DE LA VIDA!
HOY 31 DE AGOSTO, LES DECIMOS A USTEDES, NUESTROS AMADOS HERMANOS: ¡OBEDEZCAN SIN TITUBEAR Y PÓNGANSE DE PIE EN EL NOMBRE PODEROSÍSIMO DE JESÚS Y QUEDEN LIBRES DE TODAS SUS DOLENCIAS! AMÉN.
¡BENDITO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR, DESDE AHORA Y PARA SIEMPRE!
