Cultura

Música y músicos en 1906 (142)

Profesora de mandolina y solfeo

La Srita. Guadalupe Judith Peraza, que vivía en la casa Núm. 454 de la calle 68, comenzó a impartir clases de mandolina y solfeo el primero de septiembre de 1906. Resaltaba que los profesores Francisco Heredia, Ernesto Méndez y Antonio Guillermo podían dar testimonio sobre su competencia para la enseñanza. (1)

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Fiestas patrias

Para conmemorar las fiestas patrias, el ayuntamiento de Mérida organizó festejos que consistieron básicamente en audiciones musicales de la Banda de Música del Estado, tanto por la mañana  como por la noche, en la plaza grande, y una velada literario-musical en los bajos del palacio municipal. He aquí el programa de la velada:

            […]

            Obertura por la orquesta. Zanetta.

            Discurso por el Dr. Pastor Rejón.

            Preludio y siciliana de “Cavalleria Rusticana”. Orquesta.

            Meite. Canto. Manuel Casellas con acompañamiento de orquesta.

            Poesía. Señorita María Brito Flota.

            Terschack. Orquesta y flauta. Sr. Luis Ontiveros.

            Discurso. Amado Cantón Meneses.

            Danza de las horas “Gioconda”. Orquesta.

            Poesía por la señorita Amalia Gómez Flora.

            Danza Fuggimi.

            Canto. Srita. Haidée Osorno Medrano.

            Lectura del acta de Independencia. Señor Wilfrido Burgos.

            Himno Nacional cantado por un grupo de señoritas con acompañamiento de orquesta.

            Se vitoreará a la Independencia por el Gobernador del Estado; se harán 21 disparos y la orquesta continuará tocando en el piso alto del Palacio Municipal […] (2) 

Violinista española

El 17 de octubre se informó que acababan de arribar de La Habana el pianista español Marcelino Aspiroz y su joven y bella hija María de 16 años que tocaba el violín por nota y que venía cosechando éxitos en sus presentaciones en Cuba, EE.UU. y en nuestro país. Se añadió que la Srita. Aspiros actuaba ante públicos selectos y que, para el efecto, pronto se solicitaría el Centro Español para dar un concierto. (3)

Casi un mes después, se difundió que María Aspiroz ofrecería su primer concierto aquí el 19 de noviembre, pero no en el Centro Español, sino en la Lonja Meridana. (4) Aunque se prometió publicar el programa no conseguimos ubicarlo en la prensa, pero sí las apreciaciones del cronista que asistió al recital:

            […] Al presentarse, sugestiona desde luego por su simpatía, por sus ardientes e inquietos ojos llenos de esa llama espiritual que ilumina el interior de los elegidos por el arte, por su elegancia, en suma.

            Todos los números encomendados a su habilidad los ejecutó la señorita Aspiroz como toda una consumada artista. El difícil instrumento de Sarasate cobraba en sus manos una intensa vida de lamentaciones, de suspiros, y de risas. Una ejecución límpida, una gran destreza, un innegable conocimiento de los hondos secretos de la música, una notable facilidad en el manejo de los dedos, las armonías que brotaban de aquellas cuerdas y de aquel arco, esa música suspiradora, divinamente matizada, tenía el don de hacer soñar y de hacer palpitar el alma.

            Relativamente, teniendo en cuenta su temprana edad, la señorita Aspiroz es una notabilidad. Y eso que desde hace algunos años viene ganando triunfos en España, su tierra natal, EE. Unidos (sic) y México.

            Tiene, pues, un luminoso porvenir abierto delante de ella. Nos atreveríamos a aconsejarle –aún es muy joven y debe hacerlo—que si posible le es, fuera a uno de esos grandes centro de arte: Francia, Alemania, etc., y que se confiara a un gran maestro, al famoso Witte, por ejemplo.

            Sobra decir que los aplausos que recibió anoche la señorita Aspiroz, fueron numerosos, muy nutridos y entusiásticos y lo que es más grato, muy justamente conquistados […] (5)

Según la nota de prensa, María Aspiroz estuvo acompañada por nuestro conterráneo el barítono Alfredo Tamayo, que fue ovacionado cuando cantó el prólogo de Payasos y Eternité acompañado al piano por la señorita Grace Kellog.  También actuó el quinteto dirigido por Francisco Heredia Rosado, que recibió muchos aplausos. […] La concurrencia no fue muy numerosa, pero sí selecta, pues estaba compuesta de un grupo de distinguidas damas, y de artistas o inteligentes en el arte […] (6)

Velada fúnebre

A principios de noviembre de 1906 se conoció el deceso del Dr. Luis F. Urcelay Martínez, quien además de científico era un entusiasta impulsor de las artes, como lo evidencia el hecho de que fue uno de los fundadores de la sociedad literaria La Arcadia. Había muerto a bordo del barco francés La Lorraine cuando retornaba de Europa. (7) Sus consocios le organizaron un homenaje póstumo el jueves 15 de noviembre en la Lonja Meridana, conforme al siguiente programa:

                […]

            I.- Sinfonía en si menor. Schubert. Orquesta.

            II.- Discurso por el Lic. don Ricardo Molina Hübbe.

            III.- Adagietto. Massenet. Cuarteto de cuerdas.

            IV.- Poesía por don Antonio Mediz Bolio.

            V.- Angelus. Massenet. Orquesta.

            VI.- Discurso por don Ramón Aldana Sáenz de Santa María.

            Intermedio

            VII.- Sinfonía religiosa. Rossini. Orquesta.

            VIII.- Poesía por don Luis Rosado Vega.

            IX.- Melodía. Lederer. Quinteto y violín solo.

            X.- Discurso por el Dr. don Alonso Ávila.

            XI.- Prélude. Le dernier sommeil de la Vierge. Massenet. Quinteto de cuerdas.

            XII.- “El Vado” de Sully Prudhome, composición traducida por el Dr. don Luis F. Urcelay, que será leída por don Mariano de las Cuevas García.

            XIII.- Marcha fúnebre. Chopin. Orquesta.

            Director de orquesta: don Justo Cuevas […] (8)

A la velada fúnebre asistieron el gobernador interino, el jefe político, y comisionados del Congreso del Estado, Tribunal Superior y Ayuntamiento de Mérida; en representación de La Arcadia acudió el Lic. Juan F. Molina Solís. Se dijo que el acto fue una digna demostración del cariño que esa agrupación sentía por su extinto jefe y, asimismo, una manifestación de pena.

            […] El adorno del local era una austera sobriedad hermosamente conciliada con la elegancia y el buen gusto. La concurrencia formada en gran parte por artistas y por hombres consagrados al ejercicio de profesiones científicas; veíase allí gran número de médicos y de abogados; podía admirarse allí el extenso grupo de amigos del doctor Urcelay, apreciadores de sus muchos merecimientos. Era muy raro el que allí estaba que careciera de algún recuerdo grato de aquel en cuyo encomio se verificaba el triste festival.

            La velada produjo en todos los concurrentes algo así como un consuelo que aliviaría el golpe sufrido, si no fuera ese demasiado sensible. Pero aquel raudal de brillantes ideas, de atrevidas imágenes, de inspiradas y magistrales armonías, vertidas abundantemente, sentidamente, en loor del amigo, del artista, del sabio, del altruista que era amante de ellas, hacían nacer en el corazón ese dulce sentimiento que engendran los actos de urgente justicia; de justicia llevada a cabo con muy buena voluntad.

            La velada pasó como un soplo porque el talento tiene el don de suprimir el tiempo; y allí había talento que sentía necesidad de producir luz, de ofrecer galas para colmar de decoro un nombre ilustre y querido. Nadie dejó de percibir y de expresar que ese precioso certamen, que era plausible convergencia de energías del ingenio, constituía una preciosa corona que enaltece tanto al que se destinaba como a los que hacían la ofrenda.

            La orquesta dirigida por el maestro don Justo Cuevas, llenó su cometido con esa alta corrección peculiar del distinguido artista […] (9)

Uniformes para la Banda de Música

Concluiremos esta entrega con la noticia, publicada a mediados de noviembre, de que el gobierno del Estado había aprobado un presupuesto de $ 522.50 para la compra de 35 uniformes de dril que portarían los componentes de la Banda de Música del Estado, agrupación a la que renunciaron Manuel M. Pelleta y Albino López e ingresó Felician García. (10) (Continuará)

Referencias

(1).- La señorita Guadalupe Judith Peraza. (1906, 17 de agosto). La Revista de Mérida, p. 3.

(2).- Cómo se celebrarán en Mérida las fiestas patrias. (1906, 12 de septiembre). La Revista de Mérida, p. 2.

(3).- Violista española en Mérida. (1906, 17 de octubre). La Revista de Mérida, p. 2. Véase también: Una notable violinista. (1906, 2 de octubre). La Revista de Mérida, p. 2.

(4).- El primer concierto de la Srita. Aspiroz. (1906, 14 de noviembre). La Revista de Mérida, p. 2.

(5).- El concierto de anoche / Presentación de la Srita. Aspiroz. (1906, 20 de noviembre). La Revista de Mérida, p. 2.

(6).- Íbid.

(7).- Véase la entrada: Luis F. Urcelay Martínez, en Yucatán en el tiempo. Enciclopedia alfabética. Tomo VI U-Z, pp. 38-39.

(8).- La velada en memoria del Dr. D. Luis F. Urcelay. (1906, 13 de noviembre). La Revista de Mérida, p. 2.

(9).- La velada de “La Arcadia”. (1906, 16 de noviembre). La Revista de Mérida, p. 2.

(10).- Uniformes para los músicos de la banda. (1906, 15 de noviembre). La Revista de Mérida, p. 2. Véanse también: Ecos del palacio de gobierno. (1906, 6 de septiembre). La Revista de Mérida, p. 3 y Músico que renuncia. (1906, 22 de septiembre). La Revista de Mérida, p. 2.

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