¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Bendito: ¡Feliz y maravilloso principio de semana!
En este amanecer lluvioso, de rodillas e inclinando nuestros rostros a la tierra, Te agradecemos por esta lluvia que Tú nos das, misma que nos habla de Tu gran bondad, de Tu Gran Amor y de Tu inmenso poder. Durante estos días Te hemos suplicado que cambies el curso de la sequía y des orden a las nubes para que descarguen esa agua bendita en nuestros campos de México, que son el sustento de muchísima gente y su única fuente de ingresos.
Nuestra oración, ha sido escuchada y eso nos alienta en la fe y hace que renazca la esperanza en este bendito amanecer salpicado con la lluvia, que hace que nuestros campos, nuestros valles, nuestras montañas y nuestras cañadas vistan sus mejores galas y nos inviten a continuar con una ferviente e incansable súplica para que estas lluvias sean más y más y más abundantes.
Nos viene a la mente la expresión de admiración de los discípulos de Tu Hijo Amado que en la barca fueron testigos de que, ante lo terrible de la tempestad, Tu Bendito Hijo con voz potente ORDENÓ QUE LOS VIENTOS SE CALMARAN. ¡ESTA SI QUE FUE UNA PRUEBA DE LO MARAVILLOSO QUE ES LA FE ANTE LO MÁS TERRIBLE DE LAS TORMENTAS DE LA VIDA! Pero observemos que en la barca y en altamar LOS ACOMPAÑABA CRISTO.
Allí les demostró lo que es capaz de hacer EL NUEVO ADÁN que es Él y, les daba una lección de fe para que también ellos y todos los que en Él creemos seamos conscientes de lo que también tenemos. Para que comprendamos que también nos asisten LOS MISMOS PODERES DE CRISTO, pero siempre y cuando invitemos a que Cristo esté en nuestra barca, porque sin Él nada podemos y con Él todo nos es posible.
Padre Santísimo: En este momento, también nosotros, ante la actitud de Tu Hijo Amado, EL SEGUNDO Y NUEVO ADÁN, nos proponemos que, ¡jamás nos separaremos de Él, porque con Él, hasta lo mas tormentoso de la vida tiene solución y hasta ante el peligro más mortal, nuestra fe nos hace que, en el Nombre omnipotente de Tu Hijo Amado, toda insidia de maldad se desvanezca y vuelva la calma, la paz y el bienestar. Hoy este equipo de oración de la ferviente y constante súplica, nos vamos más seguros de que nuestro vivir en Cristo ya es una maravillosa realidad. Vamos a demostrar que en Él hemos sido renovados y hemos recuperado NUESTRA IMAGEN Y SEMEJANZA DIVINA Y, QUE NUESTRA PALABRA RECUPERÓ SU ORIGINAL PODER.
Hoy ya vemos con los ojos del espíritu y contemplamos un prometedor horizonte que nos hace pensar y actuar aprovechando al máximo nuestro recurso del bendito tiempo. Hoy sí que ya es una realidad LA SABIA VIRTUD DE APROVECHAR EL TIEMPO AMANDO, CONSTRUYENDO, HACIENDO PUENTES, DERRIBANDO MURALLAS, DEJÁNDONOS GUIAR E IMPULSAR POR LA LUZ Y EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO. YA ES LA HORA DE QUE PROVOQUEMOS A QUE LA GENTE EXCLAME ANTE NOSOTROS: “¿QUIÉNES SON ESTOS, QUE AUN LOS VIENTOS, EL MAR Y LAS MONTAÑAS LOS OBEDECEN? (San Mateo 8:28). ¿QUIENES SON ESTOS QUE, ANTE LO IMPOSIBLE, ¡TODO LES ES POSIBLE! Y NO HAY PODER HUMANO QUE LOS INTIMIDE E IMPIDA?
¡Ya basta, oh Padre Santísimo, de que veamos montañas que nos entorpecen, nos intimidan, nos niegan oportunidades, nos apartan de la esperanza y nos hunden en el mar de la desesperación y de la impotencia! En el Nombre Omnipotente de Tu Hijo Amado y por el poder que Tú has conferido a nuestra palabra, ordenamos que, nosotros, todos nuestros hermanos y amigos se vean liberados de estas cadenas que hasta hoy los mantienen sumidos en el dolor de la impotencia, del abandono, de la miseria, de la enfermedad y del desencanto. ¡Vamos a ayudarlos llevándolos a los pies de Cristo, Tu Amado Hijo para que en Él sean bendecidos, por Él sean revestidos de poder y por Él junto con todos nosotros irrumpamos en UNA ALABANZA DE GRATITUD, DE SATISFACCIÓN PLENA Y DE UNA ALEGRÍA DESCOMUNAL, PORQUE A PARTIR DE ESTE MOMENTO, ¡YA NADA LES ES IMPOSIBLE! ¡YA NADA LES IMPIDE EL VIVIR CON PLENITUD! ¡YA EL AYER QUEDÓ EN EL OLVIDO!
Padre Bendito: ¡Gracias, mil veces gracias! Amén.