Bienestar Espiritual

“Qué gran poder tiene nuestra lengua”

¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!

En esta fría mañanita, Tus amigos nos presentamos con saludos de optimismo, de alegría y de esperanza, ¡oh Padre Santísimo!

rel="nofollow"

Estamos ante Tu presencia y vemos cómo Tú, Padre Santo, antes de crear algo, primero pronunciabas con gran seguridad, con la certeza que le imprimía Tu Palabra y con la pasión que solo Tú tienes ese “¡HÁGASE!” De la nada, todo lo llamaste a la existencia; del no ser al ser y al estar; y de lo invisible a lo visible. Tu lengua divina, solo declaraba, solo pronunciaba, pero cuando hiciste a Adán, tomaste con Tus manos divinas el polvo, mismo que mezclaste con agua y del barro resultante, lo modelaste pronunciando con especial amor: «Hagamos al ser humano A NUESTRA IMAGEN Y SEMEJANZA. Que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes y sobre todos los animales que se arrastran por el suelo». (Génesis 1:26). Una vez que lo creaste, le infundiste Tu aliento divino.

Esta Gran Enseñanza, OH Padre Bendito, nos confirma LA GRANDEZA, EL AMOR Y LA PASIÓN con la que nos modelaste: SOMOS BARRO Y SOMOS POLVO, PERO SALIDO DE TUS MANOS DIVINAS, CONFIRMADO POR TUS PALABRAS DE VIDA Y DOTADOS DE GRAN PODER. ¡SOMOS LO MÁXIMO DE LA CREACIÓN DEL MUNDO VISIBLE Y HASTA DEL INVISIBLE! Porque, no consta en las Sagradas Escrituras el que hayas creado, oh Padre Santísimo, a ninguno de Tus ángeles con este atributo y con esta expresión: “A NUESTRA IMAGEN Y SEMEJANZA.” Ahora, ante esta increíble verdad, solo nos resta, agradecerte, cobrar consciencia de este DON DE DONES, poner en marcha de inmediato el asemejarnos más y más a Ti y el hacer que ese DON DE LA PALABRA con la que más nos asemejamos a Ti, lo aprovechemos de manera extraordinaria para que nuestra voz recupere ese inmenso poder. El Espíritu Santo nos impulsa a afilar nuestra lengua en LA SABIDURÍA, para infundirle vida y salud: “Algunas personas hacen comentarios hirientes, pero las palabras del sabio traen alivio.” (Proverbios 12:18).

Vamos, oh Padre Bendito a colaborar con el Espíritu Santo para que, no seamos quienes solo tienen palabras hirientes y destructivas, sino que gozamos de prudencia y de un excelente freno que nos evita el ser vulgares religiosos que SE ENVANECEN Y SON LA VERGÜENZA DE SU RELIGIÓN: “Si alguno se cree religioso entre ustedes, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, LA RELIGIÓN DEL TAL ES VANA.” (Santiago 1:28).

Padre Bendito: ¡Qué inmenso poder concediste a nuestra lengua! ¡Es tanta nuestra ignorancia o tan poco y escaso nuestro conocimiento de ella, que, la empleamos para todo lo superfluo, para todo lo vano, para todo lo sucio y para tanta obscenidad y para tanta maldad! ¡Nuestra lengua la hemos convertido en UNA ESPADA HIRIENTE QUE OFENDE, ¡QUE DESTRUYE, QUE ROBA LA FAMA DE LOS DEMÁS Y QUE MATA A MEDIO MUNDO! ¡QUÉ PENA QUE, EN VEZ DE USARLA PARA LA VIDA, PARA EL BIEN Y PARA LA VERDAD, ¡LA UTILICEMOS PARA IGNOMINIA!

Padre Santísimo: Conscientes de esta perversidad, Te pedimos perdón. ¡envía el fuego del Espíritu Santo para que nos purifique este pequeño órgano y haga de él un instrumento de poder, de alabanza, de gratitud que nos conceda la dicha de comer de esos frutos tan saludables que con él podemos producir, compartir y saborear! Es el Espíritu Santo, quien nos dice con toda claridad: “MUERTE Y VIDA están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.” (Proverbios 18:21).

Hoy, Padre Bendito, Vamos a aprovecharnos de este DON DE LA LENGUA, porque hasta TU PALABRA HECHA CARNE, CRISTO NUESTRO SALVADOR, hizo de Su lengua INSTRUMENTO DE VIDA, ¡DE PODER Y DE GLORIA! Y, cuando maldijo la higuera, se marchitó y se secó.

¡Bendito seas, oh Padre Santísimo, porque hoy honraremos Tu Palabra con nuestra lengua, porque le infundiremos el poder con la gracia del Espíritu Santo! Amén.

Deja un comentario

Botón volver arriba