A diario nos contestan bocas que algún día van a cesar, a convertirse en la mudez del polvo.
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Muchos sólo se dan cuenta de su existencia cuando les duele el corazón o los riñones.
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La Nada: ¡Qué lugar, qué Paraíso!
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Elogiar a un deprimido incesantemente hasta que esa ilusión haga efecto y le brillen los ojos de trascendencia.
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Somos sobrevivientes de nuestros defectos.
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Ninguna dosis de dolor sería suficiente para negar al Universo entero.
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Los peces aguardan en el mar para después que el hombre desaparezca, realizar de nuevo la triste hazaña de repoblar la tierra.