Cultura

La orilla oscura de Dios (22)

La orilla oscura de Dios (22)

El epitafio es el único elogio a la muerte. El “aquí yace para siempre”, son las únicas palabras que adquieren un valor definitivo.

Lo único que quedará al final será el hombre desollado. Eso será todo.

Imaginar la alegría de los que no nacieron nunca, de los que no llegaron a sentir la herida del aire sobre sus rostros.

La orilla oscura de Dios (22)

Todos los días conversamos con seres aparentemente vivos, con pedazos de carne coagulada.

Mirad a vuestros gobernantes con ese aire de inmortalidad o de semidioses e imaginadlos después, por un segundo, en los retretes.

Vivir sin mitologías, sin religiones, en lo simplemente humano, en lo que somos: carne y huesos. Nada más. Eso debería bastarnos. Conocernos más profundamente, sin miedo a sentirnos abandonados. En una palabra: sin Dios.

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