Bienestar Espiritual

“¡Subamos ante el trono de la gracia!”

¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!

¡Muy buenos días! Padre de la Luz sin ocaso. Nos encontramos ante Tu Presencia divina y contemplamos con los ojos del espíritu a Tu Hijo Amado sentado a Tu diestra y honrado a lo sumo y con un Nombre que está por encima de TODO NOMBRE. Ante Él toda rodilla se inclina en los cielos, en la tierra y hasta en los mismos abismos infernales y TODA LENGUA CONFIESA Y ENALTECE SU NOMBRE.

Esa es la razón poderosa que nos ha traído a Ti, oh Padre Amado, porque sabemos que Cristo está junto a Ti para mostrarte que, cual SUMO Y ETERNO SACERDOTE, ha penetrado los cielos y ha llegado al mismo lugar Santísimo, donde Tú moras. Él Te ha presentado la prueba evidente de la llaga de su costado y las heridas de los clavos, ahora revestidos del esplendor de la Gloriosa Resurrección y Te ha dicho: PADRE MÍO: “¡TODO ESTÁ CONSUMADO!” “YA TE HE PAGADO TODO EL ADEUDO DE MIS HERMANOS Y AHORA SON DIGNOS DE ENCONTRAR GRACIA Y, POR MI MEDIO, ¡VENIR A TU PRESENCIA PARA QUE LES SEAS PROPICIO Y MISERICORDIOSO! “YO HE PENETRADO AL “SANTO DE LOS SANTOS” ¡CON MI PROPIA SANGRE DIVINA Y AHORA, TODOS ESTÁN PERDONADOS! ES POR ELLO, QUE YO SOY EL ÚNICO MEDIADOR ENTRE ELLOS Y TÚ, ¡OH PADRE BENDITO! Este mandato del Espíritu Santo es el que nos garantiza este gran beneficio: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4: 16).

Sumamente agradecidos, ¡oh Padre misericordioso! Estamos ante ese magnífico Trono de Gracia, de Misericordia y de inmenso favor divino. Ante Ti, oh Padre amado y ante Tu Amado Hijo, no nos resta más que agradecer TAN ALTÍSIMO E INMERECIDO DON. Desde ahora, el solo pronunciar TAN BENDITO Y OMNIPOTENTE NOMBRE DE CRISTO, nos da poder de ahuyentar toda fuerza enemiga, ¡TODO ESPÍRITU DE MALDAD que cierra puertas, produce ceguera y confunde a la humanidad a fin de apartarla de TANTA RIQUEZA Y DE TANTOS FAVORES DIVINOS!

Padre Bendito, queremos concluir esta oración con este salmo que anticipa proféticamente el MOMENTO CUMBRE DE LA ASCENSIÓN DE CRISTO, TU HIJO AMADO:

“¡Aplaudan, pueblos todos! ¡Aclamen a Dios con gritos de alegría! ¡Cuán Imponente es el Señor Altísimo, el Gran Rey de toda la tierra! Sometió a nuestro dominio las naciones; puso a los pueblos bajo nuestros pies; escogió para nosotros una heredad que es el orgullo de Jacob, a quien amó. Dios EL SEÑOR HA ASCENDIDO entre gritos de alegría y toques de trompeta. ¡Canten salmos a Dios, cántenle salmos! ¡Canten, cántenle salmos a Nuestro Rey! ¡Dios es el Rey de toda la tierra! ¡Por eso, cántenle un salmo solemne! ¡Dios reina sobre las naciones! ¡Dios está sentado en Su Santo Trono! Los nobles de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham, pues, de Dios son los imperios de la tierra. ¡Él es grandemente enaltecido!” (Salmo 47).

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