Cultura

Diálogo (1)

(BOCETO PARA PULIRSE SOBRE EL ESCENARIO CON UNA ACTRIZ Y UN

ACTOR QUE PUEDAN CANTAR A CAPELA)

PERSONAJES:

Ella.

El.

 (Entran por cada lado del escenario un hombre con maleta y una mujer con enorme bolsa , cerrando sus paraguas. Pero antes, les sacuden el exceso de agua. Cerca del proscenio hay dos sillas muy teatrales o demasiado minimalistas, por no decir sin importancia alguna.)

Ella.- La catástrofe sobrevino demasiado pronto.
        Sólo sé que cuando te pones sobre mí, siento como si me iluminaras toda.

        Pero me harté de tu insistencia. Hasta que un día te grité al oído mientras me hacías el            

        amor: no digas tanto que te vas a matar…es de mal agüero…

        Me alucinaban tus abrazos con sincera obscenidad. Me transportabas al séptimo cielo   

        de Buda.

        Yo no sé, que piensen las demás mujeres de mis palabras, me importa poco que digan   

         que me volví tu esclava, que me transformé en una perra rabiosa de sexo…que era   

         una bestia en celo que buscaba otra bestia, una dorada y resplandeciente que me ilu  

          minara por dentro.

            ¿Quién eres?

(Un breve silencio)

El.-¿Yo?!

Ella.-¡Sí! ¿Quién eres?

El.- ¿Y tú, quien eres?

Ella-Yo pregunté primero.

(Abren sus paraguas. Cada uno lo pone al lado suyo. Es posible que se deje oír atrás, como un susurro: Esta tarde vi llover o La gata bajo la lluvia, o llueve, llueve de Cri Crí.)

El.- Se corre a pesar del dolor, porque si te detienes, va a doler mucho más volver a empezar.

Ella.- Si quieres matarme y evitar las consecuencias, lo mejor es que te vuelvas policía.

El.-¿Vienes o vas?

Ella.-¿Te cortaron la lengua y los dedos? O ¿los están esterilizando para que me hagas el amor? Dicen que cuando la edad mengua, comienza la lengua.

El.- Y cuando la barriga crece, el conejo desaparece.

(Ambos ríen a carcajadas.)

Ella.- Cuando un suicida decide finalizar, nadie lo puede evitar. Ahora, el que trata de

           llamar la atención para que lo salven, no se mata: ¡se salva! En cambio cuando te  

           gusta el sexo, te puedes volver faquir (ríe) y sobre cristales rotos, tener sexo

            interminablemente sin que tu cuerpo sangre.

            Todo hombre mata aquello que ama.

El.-El imperio de los sentimientos y los deseos insondables, es desconocido. Mundo

       maravilloso para describir, bucear en ellos. Hundirse.

Ella.-Más extraño que la ficción fue el romance de época, tal cual: la tía Katiushka y el tío

          Juané. El es un hacendado tabasqueño y ella una rusa blanca emparentada con los

           Romanof.

El.- Ella era una auténtica Venus Calipigia.

Ella.-Eso enloqueció al tío Juané, tan adorador del sexo anal.

El.-Si te caes me levanto, y si no, me acuesto contigo.

Ella.-Ortega y Gasset decía que “lo que ha sido, por el simple hecho de haber sido, renuncia

          a ser lo mejor”.

El.- Todos tienen una parte de su pasado que desean olvidar. Borrar, arrasar con un tornado.

        ¡Hasta tú, mujer divina y alabastrina!

(Canturrea Mujer de Agustín Lara.)

Ella.-Está lloviendo.

El.-Sí, está lloviendo…

Ella.-Mucho…

El tal vez demasiado.

 (Ambos revisan sus teléfonos celulares.)

El.-Las cicatrices tienen el extraño poder de recordarnos que nuestro pasado fue

       real…Disculpa, pero esto, no yo lo dije, lo escribió Cormac Mc Carthy, y estoy de

       acuerdo con él.

Ella.-El espíritu a veces nos lleva a lugares oscuros. Por eso la naturaleza odia el vacío.

(Canturrean La nave del olvido y si a así lo desean los personajes, cantarán la canción o

   simplemente se oirá la voz de José José interpretándola.)

Fernando Muñoz Castillo

Escritor, hacedor de libros objeto, dramaturgo y director de teatro. investigador e historiador de teatro y cine. curador y museógrafo. periodista cultural. ha publicado varios libros.

Deja un comentario

Botón volver arriba