“PADRE SANTÍSIMO: ¡DAME UN CORAZÓN DE NIÑO!”
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TE PIEDAD!
Muy buenos días, oh Padre, que jamás duermes, pero descansas entre Tus santos. ¡Qué exquisita sabiduría encierra esta enseñanza de Tu Hijo Amado convertida en oración! Creemos firmemente que, esa es LA ACTITUD MÁS CONMOVEDORA que abre los tesoros Tu Divino corazón y hasta las mismas puertas de Tu gloria. Esa es la forma más eficaz que NOS DIGNIFICA, NOS ACRECIENTA LA FE, NOS INFLAMA EN EL AMOR, NOS HACE ESTAR EN COMUNIÓN CON TODO LO DIVINO Y HACE DE NUESTRA ORACIÓN UN POTENTE FUEGO DIVINO.
Es justamente, EL FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO que nos hace aceptos a Tu Presencia divina y arranca de Ti, oh Padre Maravilloso, EL TESORO MÁS PRECIADO que hace FACTIBLE lo imposible; que transforma nuestro corazón de adulto en tierno y puro corazón de niño que tanto conmueve a Su Padre, que lo hace pasar del rezo devocional a la ferviente oración; de la impotencia al ¡TODO LO PUEDO EN CRISTO! De la escasez a la abundancia; de lo ordinario a lo extraordinario; de lo terrenal a lo celestial. ¡Con cuánta razón se complació Tu Hijo Amado al decirte cara a cara: «Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, ¡gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes, y por revelárselas a los que son como niños!” (San Mateo 11:25).
Hoy de todo corazón Te pedimos que nos perdones por nuestra actitud del ayer en la oración. Hoy con corazón de NIÑO, nos presentamos en este amanecer del alma para que nuestra fe, tan sencilla, tan inocente, tan hermosa y tan confiada, TODO LO TRANSFORME Y NUESTRO PANORAMA SEA MÁS Y MÁS Y MÁS ALENTADOR.
No queremos marcharnos para ser los mismos de ayer, sino los renovados en Ti y llenos de Tu Santísimo Espíritu de bondad vivificante que nos convierte en fuego que purifica, que dignifica, que eleva, que transforma y que hace presente lo que ayer estuvo ausente; que hace que jamás se vuelva a hablar de imposibles; que hace que a pesar de las mil adversidades, se nos presente todo un abanico de soluciones; que nos hace vivir en la abundancia de los hijos de Tu Reino y con la certeza de UN MUNDO MARAVILLOSO EN TUS MANSIONES DE GLORIA.
Padre Bendito: ¡Gracias por habernos revelado el secreto oculto y negado a los sabios y entendidos de este mundo! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+
