
“OH SEÑOR,QUIEN EN TI CONFÍA, ¡NO TEMERÁ JAMÁS!”
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre, nuestra fortaleza eres Tú y por eso aquí estamos atentos a Tu voz divina, que algo nos dirá directo al corazón. ¡Muy buenos días, Padre amado! Tener Tu gracia, es tener amor. Ser amados por Ti, es tener todo sometido bajo Tu divino control. Gozar de Tu amistad es tener la gracia de que todas, pero todas las puertas que para otros están cerradas, para nosotros se abran. ¡Qué hermoso es ver a la Reina Esther que pone toda su confianza en Ti, se enfrenta ante el Rey Asuero y le arranca una bendición!
¡Qué maravilloso es ver a Moisés que convence al Faraón para que saliera todo el Pueblo de Israel al desierto para adorarte! ¡Cuán conmovedora es la escena de Elías y la viuda de Sarepta de Sidón, donde se convierte en una gran bendición! ¡Qué cautivadora es la elección del Rey David, porque en él pusiste Tu gracia y de ser un simple pastor de ovejas lo convertiste en Rey, Profeta y Poeta inspirado por el mismo Espíritu Santo! ¡Cuán admirable eres al elegir a La Llena de Gracia para ser la Madre de Tu Amado Hijo! ¡Cómo nos dejaste perplejos al ver a Tu recién nacido Hijo Amado, cuando inspiraste a los reyes del Oriente para que lo colmaran de presentes de gran valor!
Cuando Tú eliges, cuando Tú amas, cuando Tu proteges, cuando Tú decides, ninguna fuerza enemiga, ningún poder infernal y ni las armas más sofisticadas pueden causar daño a los que Tú amas. Es por ello que, anhelamos de todo corazón que en nosotros se cumpla Tu divina promesa: “No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ustedes; toda lengua que los acuse será refutada. Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede —afirma el Señor—. (Isaías 54: 17). Sí, Padre Bendito. Eso es lo que hoy de Tu generosidad divina queremos arrancar. ¡No nos vamos con las manos vacías, porque también NUESTRA PALABRA CONVERTIDA EN PETICIÓN ATENTA Y FILIAL, ¡NO REGRESARÁ A NUESTRA BOCA VACÍA, SIN LOGRAR LO SOLICITADO! PORQUE CREEMOS QUE, ¡ESE ES EL PREMIO DE LOS JUSTIFICADOS POR TU GRACIA!
Además, Te ratificamos nuestra entera confianza, tal como nos lo enseña el Espíritu Santo: “En Ti, Señor, ¡buscamos refugio! ¡Jamás permitas que nos avergüencen! ¡En Tu justicia, líbranos! (Salmo 31:1).
Padre Omnipotente: Nos vamos a nuestras actividades con Tu bendición, sabedores y confiados en que TODO CUANTO HOY SUCEDA, SERÁ UN REGALO CELESTIAL INMERECIDO, PERO PARA QUE TÚ SEAS GLORIFICADO. AMÉN.