Cultura

Y el hombre creó a la mujer (4ª y Última Entrega)

III

BROTASTE DE LA ILUSION Y PERFUMASTE CON TU RECUERDO MI CORAZON…

En el vocabulario religioso “¡dolos” e
idolatría” han tomado desde hace mucho
mucho tiempo un sentido peyorativo. El
término “ídolo” denota un objeto natural
o una obra fabricada por el hombre
y adorada después como un “dios”.

Mircea Eliade

 Para entender la presencia de la mujer como imagen fílmica en nuestras pantallas, es necesario conocer el difícil camino que ha tenido que recorrer en la vida cotidiana como individuo dentro de esta sociedad sexista y sectaria. Habría que comenzar por pensar que sobre nuestras mujeres pesa la tradición precolombina en la cual la mujer no tiene mayor trascendencia que la de un objeto similar al impuesto por la tradición ibérica y que tan terroríficamente retrató Federico García Lorca en su obra La casa de Bernarda Alba.

 El voto se le concedió a la mujer mexicana casi al final de la década de los cincuenta. Y en ese momento esto no significa gran cosa en un país en el cual el  índice de votantes es casi magro.

 Entonces resulta muy ilusorio pensar que un cine ejercido patriarcalmente desde sus inicios cambie de raíz, de tajo, y comience a presentar a esa nueva mujer que se está forjando con su consenso o sin él,  y que es una realidad a pesar suyo.

 Es más fácil suponer que este cine al igual que el padre de “Una familia de tantas”, crea que basta con no asistir a la boda para que el matrimonio esté cargado hasta el final de sus días de terrible maldición. O en su opuesto, el padre que permite por desidia y egoísmo que su hija se embarace – cuando nunca la educó sexualmente- , y cuando ésta confiesa que es madre soltera, él condescendiente la perdona, como sucede en “El caso de una adolescente”. Perdón y comprensión que encierran un castigo, que es el de hacerla sentir una culpa tan grande como de aquí a la eternidad, renunciando a su vida de mujer joven, para volverse simbióticamente gemela de su tía soltera. ¡Qué complicado, ¿verdad?!

 El juego es el mismo, aunque veamos mujeres que trabajan y estudian, siempre pesa como espada sobre sus cabezas aquel refrán que reza: mujer que sabe latín, no tiene marido, ni tiene buen fin

YO NO SOY ESA QUE TU TE IMAGINAS, UNA SEÑORITA

 Aunque hay intentos por mostrar a otro tipo de mujer joven como en Los adolescentes de Luis Alcoriza con Adriana Roel y Teresa Velázquez, ese penetrar al mundo de las mujeres más seriamente, tardará más de un lustro.

 Será hasta finales de los sesenta cuando una nueva mujer se visualice en nuestras pantallas nacionales, gracias a directores como Juan Ibáñez, Alberto Bojórquez y Jaime Humberto Hermosillo, y así surgirán otras estrellas femeninas más reales en sus roles cinematográficos como: Alma Muriel, Maritza Olivares, María Rojo, Tina Romero y se reciclará a Angélica María y Julissa para el goce de sus admiradores.

 Frente a estas nuevas mujeres del cine nacional se encuentran en el mismo momento histórico, las hipersexualizadas Isela Vega y Meche Carreño, quien en sus últimas apariciones en pantalla bajo la dirección de Juan Manuel Torres, abordará, no exenta de erotismo y sexualidad, mujeres más cercanas a la realidad inmediata.

LO MISMO PIERDE UN HOMBRE QUE UNA MUJER

 En su Breve Historia del cine mexicano, Héctor Martínez Tamez al hablar de la mujer en nuestro cine y su fatal división, anota:  “La soldadera quedó en el pasado. Acabadas las luchas, las catástrofes políticas, la mujer ya no era tan necesaria, se le relegaba nuevamente a su rincón permanente, al hogar, a la cocina, a los hijos. Había otro lugar al que podía ir, al burdel. Y as¡ surge la gran división, la injusta división, la fatal división de la mujer: la buena, la abnegada, la virtuosa, la casi asexual, la hogareña, la madre estereotipada, la sumisa a su papel social injusto; y la mujer mala, la rebelde, la prostituta, la sexual, la “perdición de los hombres”. Aunque eso parezca sumamente simple (y no por eso injusto), en el gran panorama del cine mexicano, esta “fatal división” es preponderante.” 8

 Y bajo ese condicionante las diosas convertidas en ¡dolos, en ¡conos a través de fotos postales que los admiradores compran para que ellas sacralicen con su autógrafo, e imágenes que ilustran las revistas de cine y que los fans adquieren para conocer más “íntimamente” a su estrella, inundan el mercado mundano donde se compran y venden sueños, ilusiones y fantasías.

 A nadie importa saber si detrás de esas imágenes existen mujeres reales, nos basta con el simple adivinar que dentro de su pecho late un corazón con venas y arterias, para que se dé el milagro de que los hombres las deseen, las mujeres las imiten en cuanto a ropa, maquillaje o peinados y las tomen como ejemplo de lo bueno o lo malo, lo blanco o lo negro según la moda imperante en la moral judeo- cristiana occidental.

 De esta manera los dioses han cumplido su función catártica sin necesidad de que el espectador haya tomado sicoanálisis profundo.   

 Y as¡, el hombre creo a la mujer según su imaginario, su ideal y según sus necesidades estéticas y eróticas, la vistió, maquilló y dio un script para que el verbo pudiera con jugarse en todas sus posibilidades…

NOTAS

1.- Edgar Mor¡n. El “star-system”, Revista Janus Nº 4, Librería Hachette,

    Argentina, 1966, p. 127

2.- Kenneth Anger. Hollywood Babilonia, Tusquets Editores, España, 1986, pp. 24,

26

3.- Gabriel Ramírez. El cine yucateco, Filmoteca UNAM, México, 1980, p. 63

4.- El arte cinematográfico, según la Bertini. El Cinematógrafo Nº 2 del 8 de

     febrero, Mérida, Yucatán, 1917, pp. 1-3

5.- Notas de sociedad y de instrucción pública. El Gran Rotativo/El Universal

     Ilustrado 18 de enero, México, 1923

6.- Roger Caillois. El mito y el hombre, FCE/Breviarios Nº 444, México, 1988, p.23

7.- Diego García El¡o. 50 años de cine nacional, INBA/SEP, México, 1984, p.2

8.- Héctor Martínez Taméz. Breve historia del cine mexicano, Col. Práctica de

     Vuelo, Delegación Venustiano Carranza, México, 1983, p.19

Fernando Muñoz Castillo

Escritor, hacedor de libros objeto, dramaturgo y director de teatro. investigador e historiador de teatro y cine. curador y museógrafo. periodista cultural. ha publicado varios libros.

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