Bienestar Espiritual

Oración

“¡MI ALMA DESEA ESTAR CONTIGO! ¡OH DIOS DE VIDA!”
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, YEN PIEDAD!

Padre Santísimo: En este espléndido despertar, nuestro equipo de oración ferviente, Te confiesa su imperante e impostergable anhelo, tal como lo expresa el Espíritu Santo: “Como anhela la cierva estar junto al arroyo, así mi alma desea, Señor, estar contigo. Sediento estoy de Dios, del Dios de vida; ¿cuándo iré a contemplar el rostro del Señor?” (Salmo 42: 2-3).

Hoy estamos más que dispuestos A VER TU ROSTRO DIVINO y escuchar de Tus divinos labios PALABRAS DE VIDA. Hoy mismo y en este preciso momento declaramos que LA VAMOS A ATAR a nuestro cuello, porque Serán nuestra guía cuando caminemos, nos protegerán cuando durmamos y nos hablarán cuando despertemos.” (Proverbios 6:22).

La riqueza de Tus Palabras de Vida se comienza a encarnar, nuestro diario vivir adquiere otra dimensión y está permanentemente en Tu frecuencia, oh Padre Santo. Por consiguiente, estamos ya, EN UN DIVINO DESPERTAR, EN UN DIVINO PENSAR, ¡EN UN DIVINO PROCEDER Y EN UN DIVINO AMAR! Y todo ello provocado por nuestra lealtad a la gracia del Espíritu Santo, por nuestro amor a Ti, oh Padre Amado y por recomendación expresa de Tu Hijo Amado, quien nos certifica: “Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.” (San Juan 14: 12).

Padre Bendito: ¡Cuánta sed tiene nuestra alma de estar en comunión contigo, oh Dios de Vida! ¡Cuánto grande es nuestro deseo de ver Tu Rostro! Perdón por nuestro atrevimiento, pero en el día que Tú tienes señalado, estamos seguros que finalmente, ¡LO VEREMOS! Nuestro gozo será el ver, el palpar, el experimentar, el constatar cómo hasta durante nuestro sueño, Tu Espíritu Santo nos revelará tan hermosa y ricamente el cómo aplicar sabia y talentosamente Tus Palabra de Vida para liberarnos de todo lo que no debemos tener, de todo lo que debemos desechar, de todo lo que nos impide que LAS PALABRAS DIVINAS sean eficaces con nosotros y con nuestros prójimos.

Padre de la Vida: Así como el rocío matinal imprime vida, lozanía, esplendor y hermosura a las plantas del campo, que de esa misma manera, la oración matinal sea para nosotros UNA LLUVIA SUEVE, CONSTANTE, DURADERA Y PENETRANTE, que haga de todos las áreas de nuestra existencia un maravilloso reverdecer, un magnífico florecer y un excelente fructificar, porque hemos decidido hacer de nuestra debilidad toda una increíble fortaleza y de nuestro existir, todo un excelso e inédito acontecimiento, para gloria Tuya.

¡Muchas gracias, Padre Divino, por estos instantes de estar en comunión contigo, nutriéndonos, gozando y absorbiendo todo aquello que hará de nosotros la extensión de la boca de Tu Hijo Amado, a fin de salvar a muchos y hacer de ellos un ejército de redimidos que estén bien dispuestos a llevar TU MENSAJE DE VIDA a muchos que viven sin vivir, caminan sin amar, ¡trabajan sin gozar de los frutos de sus labores y andan por el mundo sin destino, sin fe y sin esperanza! Amén.

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