El hongo llamado muguet invade a veces la boca de los agonizantes: el terrible destino de esa abertura por donde nos alimentamos. Tener al final de todo un jardín bucal.
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El mundo es la tumba de Dios… y su epitafio.
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La gente celebra todos los años (sin darse cuenta), un año menos de vida.
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En medio de la calle veo un gato muerto. Sus despojos son iguales a los de cualquier hombre convertido en cadáver.
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Ser indiferentes ante las peores ofensas, ante la autodegradación verbal de los otros.
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La ausencia de Dios en el mundo es evidente.
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Se ven animados. Intercambian ideas, pensamientos, dudas, esperanzas, todo lo que cada quien puede esperar de los otros: el primer diálogo entre animales y hombres.