
“¡DEJA TUS QUEJAS, PORQUE EL SEÑOR TE QUIERE SANAR HOY!”
(San Juan 5: 1-18)
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
¡Glorioso y bendito día, oh Padre Santísimo! En este nuevo día, queremos decirte lo siguiente: ¡Qué pena nos da el ver que ESE ESTANQUE DE BETESDA se ha extendido a toda la tierra y hay en él una tremenda multitud de enfermos que solamente se quejan y ya están tan débiles y marchitos de su alma, que, en ellos, ¡ya no brilla la esperanza! ¡Solo el dolor, la desesperación, la pena, la ceguera y la muerte los rodea por completo!
Cristo pasa junto a ellos y, ¡no lo ven! Se dirige a ese hombre que tenía casi cuarenta años en espera de UN MILAGRO y, a pesar de que EL SALVADOR le pregunta: “¿Quieres ser sano? Su respuesta es vaga y llena de pretextos, porque está tan ciego que NO VE que es el mismo CREADOR, quien le extiende Su Mano. Así como este pobre, pero dichoso, hay una gran multitud de cristianos que sufren, lloran, se lamentan y no son capaces de VER NI DE OÍR Y MUCHO MENOS CREERLE a Cristo, quien, extendiendo su mano, y, de manera personalizada, concreta y claramente nos pregunta: ¿QUIERES SANAR?
Padre Bendito: es tanto el ruido de tantas quejas y quebrantos, ¡que hasta sordos y ciegos hemos quedado! Tu Amado Hijo nos tiende Su Mano Divina y nos ofrece la salvación y nos devuelve a la vida productiva y de lucha diaria. Este estanque DE LA GRAN BETESDA MUNDIAL, se ha convertido en UN GRAN INFIERNO DE CEGUERA, DE DESESPERANZA, DE ENVIDIA, DE ODIO, ¡DE AMARGURA Y DE RESENTIMIENTO!
¡HAZ BRILLAR TU DIVINA LUZ E INFÚNDELES UNA NUEVA ESPERANZA A TANTOS DESAFORTUNADOS! ¡MULTIPLICA TUS MANOS PARA QUE UN EJÉRCITO DE VOLUNTARIOS VAYAN EN TU NOMBRE A RESCATAR A TANTOS HERMANOS QUE YA ESTÁN CONDENADOS DESDE ESTA VIDA! ¡INFUNDE EN ESTOS DESESPERADOS UN DESEO VEHEMENTE DE SER ATREVIDOS Y DE BAJAR A TI, ¡OH FUENTE DE AGUAS VIVAS Y DEJEN ESTE INMUNDO ESTANQUE DE BETESDA, QUE LOS TIENE MUERTOS EN VIDA!
La enfermedad, el dolor, la pobreza, la maldad, el desorden, ¡NO SON BETESDA! ¡SON UNA OPORTUNIDAD PARA LEVANTARNOS, PARA SANARNOS, PARA ENRIQUECERNOS, PARA PONER ORDEN, ¡OYENDO AL QUE TIENE PALABRAS DE VIDA!
Hermanitos, parientes y amigos, ¡YA BASTA DE LAMENTARNOS! ¡ABRAMOS NUESTROS OJOS Y OÍDOS PARA VER Y ESCUCHAR ATENTOS A QUIEN NOS OFRECE LA SALUD Y LA SALVACIÓN INTEGRAL! UNA VEZ QUE HAYAMOS SANADO, ¡UNÁMONOS AL EJÉRCITO DE VOLUNTARIOS Y RESCATEMOS A MUCHOS DE ESTE INFIERNO DE BETESDA!
¡MUCHAS GRACIAS, PADRE BENDITO! ¡BENDITO SEAS! AMÉN.
P. Cosme Andrade Sánchez+