Cultura

“Tres miradas”

Obras de Víctor Argáez en proceso.

Una imagen inusual en una galería es observar al artista trabajando durante los días de exposición, con sus materiales y utensilios visibles al momento de que el espectador ingrese. Es lo que podemos observar a ciertas horas en la exposición denominada “Tres Miradas”, en la Galería 1010 del interior del Pasaje Picheta, donde Víctor Argáez va desarrollando su proceso de creación a la vez que se presentan cuadros suyos junto con los de Juan Gabriel Noh y César Celis.

            El efecto es motivante para que el espectador perciba las etapas en que se realizan las obras pictóricas y días después observe los resultados de este taller instalado en la galería. Como afirma en uno de sus textos incluidos en la exposición: “Desde el amanecer enfrento la magia: soy amo y esclavo de los dictados del sentido”.

            Víctor Argáez ha impartido clases de pintura y dibujo a centenares de personas de todos los grupos de edad. En 1993 creó la Casa de los Artistas en Buctzotz. Pueden contarse por centenares los niños y jóvenes que han pasado por este centro cultural que ha sido una ejemplar vía para descentralizar la vida cultural de Yucatán. Esa labor docente la ha ejercido también en el municipio de Mérida, tanto en la ciudad como en algunas de sus comisarías.

Una de las obras de Juan Gabriel Noh.

            En un escrito suyo del año 2008, en un aniversario de la Casa de los Artistas de Buctzotz, el artista afirmó que “lo que hemos construido en quince años no son centros culturales con infraestructura de punta, sino libertades y responsabilidades”. Con su obra, él mismo ejemplifica esa libertad y responsabilidad.

            Argáez conjuga la percepción de formas representativas del paisaje humano maya y una transformación estética que le permite crear un estilo distintivo y refinado. La disciplina ha sido una fortaleza de su trabajo: constantes bocetos, dibujos que prefiguran las obras pictóricas, siempre proyectos coherentes en una constancia de casi cinco décadas.  

            Los volúmenes se integran en rojos y azules para formar la imagen que conjunta figuras y del fondo, donde todas las partes se integran en un todo congruente. Un solo color puede sintetizar todo un conjunto cromático del entorno peninsular yucateco. Destacan los contornos sugeridos de figuras femeninas de espaldas o de frente, firmes entre las sombras y las luces.

            En Juan Gabriel Noh encontramos escenas llenas de color desde dentro de las casas, en las labores que hacen posible el orden diario de la vida del pueblo: tortear, lavar en batea, enamorar por la ventana. El pincel plasma el incesante paso de los trabajos y los ocios en los ámbitos exteriores: moler el maíz en la máquina de nixtamal, descansar en una banca del parque, tomar una gaseosa, la necesaria venta callejera.

Tres de las obras de César Celis.

            Los niños también resaltan en la composición pictórica. Se les lleva en un costado, a horcajadas o, como se dice en el idioma maya, en jéets méek’. Los entornos aparecen sugeridos por detalles que dan idea del todo, el sentido de comunidad está vivo adentro y afuera. Por ello las mujeres conversan animadamente con la torre de la iglesia al fondo y en el contraste del modo urbano que da quien camina con lentes negros.

            En César Celis la tranquilidad del día a día se percibe a través de entornos sintetizados pictóricamente en elementos representativos. Las escenas resaltan por su concentración en los detalles que dan idea del paisaje yucateco. Se conjuntan formas definidas y sugeridas en composiciones en las que se respira un ambiente rural apacible. En los colores destaca una palpitación muy sutil, creación de una mirada que se adentra en la quietud de lo que nos rodea.

            En los tres pintores encontramos rasgos comunes a la vez que características de estilo muy propias. Cada uno interpreta el entorno regional procurando manifestar su visión personal, proveniente de lo directamente vivido y sentido, siempre llena de logros estéticos y de orgullo.

Jorge Cortés Ancona

Licenciado en Derecho, con Maestría en Cultura y Literatura Contemporáneas de Hispanoamérica. Es egresado del Doctorado en Literatura de la Universidad de Sevilla con una tesis sobre teatro y boxeo, y cuenta con un DEA (equivalente de maestría) de la misma institución. Ha impartido clases y cursos en diversas instituciones educativas y culturales sobre literatura e historia de las artes visuales. Ha escrito numerosos artículos y entrevistas sobre temas culturales y figura en varias antologías de poesía.

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