
Primer lo primero. ¿Qué es un crimen de Estado? Recuperé palabras enciclopédicas de Internet, para darle curso a mi exposición. Dice: “Son actos sistemáticos de acuerdo a un plan o política preconcebida, lo que permite la realización repetida de dichos actos inhumanos. Son cometidos por autoridades de un Estado o por particulares que actúan con respaldo de dichas autoridades.
A simple vista se nota que el caso de los migrantes muertos en Ciudad Juárez no puede serlo, porque no hay una sistematización en estas desgracias con perdida de vidas humanas, ni corresponde a una política preconcebida que apunte hacía un exterminio de los migrantes, cuya desgracia actual deber ser considerada como un caso aislado.
Después, la desdicha que viven esos cientos de extranjeros aglutinados en la frontera mexicana con Estados Unidos no es, por más que se quiera ver así, culpa de alguna autoridad mexicana. Los orígenes de esa concentración se deben ver en las decisiones individuales de cada una de esas personas que abandonan su patria, su hogar, conociendo todos los riesgos que su decisión implicada. El análisis de esos casos estaría ubicado en aspectos distintos a los del presente trabajo.
Tercero. La estrategia de los migrantes ha sido la provocación, utilizando –sin importarles las consecuencias y riesgos- a niños y mujeres a quienes colocan en primera fila, para enfrentar al personal de seguridad y vigilancia del orden establecido, en cada lado de la frontera. Parte de la estrategia es poner a las mujeres a gritar que les están disparando o las están agrediendo, lo cual es una falsedad que quieren hacer pasar ante la opinión pública como una verdad.
¿Por qué le echan la culpa a Adán Augusto? Es obvio que el señor ha resultado un extraordinario intermediario que ha conseguido que todo lo que le conviene a MORENA, entonces hay que mandarlo a la hoguera. Tanto Ebrard como Adán Augusto están muy lejos de esa realidad, que aunque tienen vínculos con esa problemática, nadie espera que sean gendarmes presenciales y eviten los conflictos que surgen en ese lugar.
Para lanzar la acusación de crimen de Estado, los legisladores de la oposición emplean un lenguaje que hasta el propio YOUTUBE le ha prohibido a sus usuarios utilizar. “Qué huevos”, “¿Qué chingados les pasa?” “¡Puta Madre!”, por decir algunas de ellas. Cuando les toca hablar a los de la oposición, elevan sus voces con estertores de esquizofrénicos e histéricos.
Escuchar debatir a los políticos españoles, a Isabel Diaz Ayuso con Pedro Sánchez, es hasta una delicia. Nuestro senado es una penosa barbarie por parte de la oposición.