
Dominium temporale. He pensado en el alivio que sentimos al saber que un enemigo nuestro ha muerto. Alivio pasajero. Su odio, sus rencores, sus cenizas, nos seguirán acompañando siempre.
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Cada vez que hablo de Dios, hablo de una ficción. De una ficción inadmisible.
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El hombre es un caos a pequeña escala.
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Año tras año nos vamos desgastando, diluyendo, evaporando lentamente en el tiempo. Los gusanos se encargarán del resto.
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Schopenhauer: teólogo de la llaga, de la herida abierta, de la putrefacción del alma. Llaga él mismo. Hernia de sí mismo.