El día que se celebraba El Día Mundial del Teatro, falleció un actor fetiche de la cultura mexicana: Chabelo, quien comenzó en la televisión al lado de nuestro paisano conocido como El Tío Gamboín y luego incursionó en el cine, en el teatro y siguió perviviendo en un maratónico programa de televisión que era toda una costumbre muy propia de la familia mexicana.


Aunque retirado de la vida artística, Chabelo seguía siendo una leyenda urbana comparable con la Llorona, los nahuales, aluxes y otros seres míticos de nuestra cultura precolombina y mestiza.
Ahora si podríamos decir sin temor a equivocarnos, que todo el mundo sabía quién era Chabelo.
Pues este sábado 26, el gran catsafixiador, no pudo catafixiar con la huesuda y entregó el equipo, pero dejó una historia y un mito que difícilmente podrá ser superado por cómico alguno en la televisión mexicana, por muchas décadas, algunos se le acercan y son indudablemente los payasos Cepillín y Bozo, pero no llegaron nunca por tanto tiempo a la altura de Chabelo.
Su vida teatral, la gente la recuerda más por sus participaciones en El Tenorio Cómico, sin embargo, realizó otro tipo de montajes, como el de la zarzuela La corte del faraón, con su entonces esposa la excelente vedette y actriz cubana Angelita Castany.
Una puesta en escena, que hizo historia, aunque los historiadores del teatro mexicano la dejen de lado, como si hubiera pasado de noche, como dice el refranero popular.
El mejor acontecimiento del Día Mundial del Teatro en Yucatán, fue indudablemente la entrevista que Analí Gómez le realizó a Eglé Mendiburu, actriz que tal vez ha trabajado con caso todos los directores de teatro en Yucatán, y que fue maestra, cantante de boite de nuit y fundadora de la primera Compañía de Teatro Infantil en Yucatán, compuestsa con niñas y niños que estudiaban en el la Escuela de Bellas Artes ahí por los años 79, 80 y 81, cuando esta institución se encontraba en la calle 59, frente a la famosa Academia Marden,
Eglé ha sido merecedora de varios premios y reconocimientos por su labor, y es una de las piezas clave para entender el proceso teatral yucateco que el director, historiador y crítico de teatro Alberto Cervera Espejo (+), reconoció como el comienzo del nuevo teatro, el teatro experimental en Yucatán en 1959.
Obras nuevas y obras ya con camino andado, siguen en cartelera y eso es bueo, pues la realidad es que el teatro en este momento en este país, está p+viviendo una de susnpeores crisis.
Uno de los comentarios que ojalá sea cierto, o más bien pueda realizarse, es el retorno del Festival de Teatro Wilberto Cantón, no de nuestros festivales con casi un cuarto de siglo.
Deseamos que las gestiones para su realización este 2023, sean un éxito, por los teatreros yucatecos y por el teatro mismo.
Y la Semana Santa se nos viene encima, con todo y sus fiestas y reventones no precisamente cristianos, el aluvión de turistas y el exceso de calor y el que los taxis vuelvan a subir el precio mínimo por sus servicios junto con el de los alimentos de mercados, restaurantes y restaurancillos y restaurancitos y comederos.
Esto si es digno de tomarse en cuenta, ya ue se han abierto un cjhorro d erestaurantes que presumen ser de buen nivel, con comida cara, mala y fea, servida en muchas ocasiones en platos despostillados y con una atención pésima de los meseros.
Me pregunto si es que las autoridades turísticas quieren que Márida sea la ciudad turítica por excelencia en este país, no revisan estas anomalías y le ponen remedio, porque parece que todo su discurso es puro bla,bla, bla.bla, blá y anda de acción para que su discurso sea realidad, al menos una realidad digna.
Antes decían que “la ambición rompe el saco”, pues este saco se rompió hace mucho, pero mucho tiempo.
Un hermoso libro resulta la publicación de El Gran inquisidor, el diálogo de los hermanos Iván y Aliosha Karamázov, sostienen en una taberna, donde van desde aspectos familiares hasta “la fe en Dios en la figura de Cristo, la libertad y la esclavitud del hombre, la compasión y la muerte”1.
El plus de esta publicación es que viene con los textos de Aldous Huxley: Nueva visita a un mundo feliz, Noam Chomsky: Ilusiones necesarias y la interpretación de George Steiner: Tolstói o Dostoivski.
A veces la relelectura de aquello que forma parte de nuestra vida como lectores, en estudios específicos, es necesario, para poder volver a gozar y abrir y enriquecer nuestro horizonte formativo, el cual nunca debe de acabar.
-Escucha Aliosha- dijo Iván con voz firme-: si en verdad nopierdo aún la capacidad de mar los brotes pegajosos, será gracias atu recuerdo, Me bastará saber que aquí, en alguna parte, est´sas tú, para no perder el amor a la vida. ¿Te basta lo quet e digo? Acéptalo, si quirres como una declaración de amor. Ahora, tú a la derecha y yo a la izquierda, y absta, óyes?, basta.” 2
