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Alzheimer, una enfermedad alimentaria

“El pez por la boca muere”. Nunca deberíamos pasar por alto el contenido de ese maravilloso refrán popular, porque hoy más que nunca es una realidad que vivimos de manera cercana, al tener algún conocido enfermo, por el tipo de alimentación que lleva.

Las enfermedades contemporáneas son regularmente por obstrucción y de acuerdo al lugar de donde se ubique esta, es el nombre que le dan los científicos.

La demencia senil y el Alzheimer son dos afecciones cerebrales. La primera es incurable porque obedece a la degradación del cuerpo humano y la segunda tiene remedio, al grado que, una vez superada, puede llevarse una vida normal.

Así, pues, no hay nada de hereditario en ella.

Al igual que todos los males del cuerpo humano contemporáneo, esta surge por el consumo excesivo de refrescos embotellados, alimentos embutidos, enlatados y embolsados.

No voy a hablar del proceso de la enfermedad llamada Alzheimer. Es más importante dedicarle tiempo a la curación. El consumo de productos naturales, utilizados como medicamentos, son la base de la superación de esta terrible y dolorosa enfermedad.  ¿Cuáles serían esos alimentos con la fuerza necesaria para aniquilar algo que parece invencible? Daré solo algunos nombres que se hicieron muy conocidos a partir de la pandemia del COVID-19. Sobresaliente es la cúrcuma. Le sigue la pepita del cacao, la pepita de la calabaza, y todas las hortalizas verdes. Todas, pero todas.

Los médicos alópatas indican, además, que hay un liquido que se puede inyectar al afectado, (muy caro), consiguiéndose una recuperación total del enfermo de Alzheimer.

El famoso jugo verde (espinacas, apio, calabacín, perejil, lechuga, pimiento morrón, licuado con manzana, piña o guayabas) ayuda a conservar la buena memoria, aun en buen estado de salud. Y lo consigue de manera casi inmediata.

Yo a la dieta anterior, le agregaría el biomagnetismo, o sea, la curación  por imanes.

Uno no debe ser ejemplo para nadie, pero es importante hacer saber a los amigos que yo estaba a punto de ser operado de la próstata porque ya tenía problemas con la expulsión de la orina y estaba tomando la tamsulosina, medicamento para esta afección.

Ante mi negativa de llegar al quirófano, estuve averiguando y conocí los imanes. Hace cinco años que no tomo algún medicamento y todos los problemas urinarios desaparecieron. Me he hecho análisis de antígenos prostáticos y ultrasonido en la próstata y todo está normal, gracias a los imanes y a la dieta naturista.

No trato de convencer a nadie de nada, solo me parece importante decir estas cosas, porque si se puede sufrir menos en la vida, pues, uno debe ayudar a evitar el sufrimiento de los semejantes.

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