


La llegada de la primavera es para los vallisoletanos, sin duda alguna, la estación que habla del equinoccio, de la floración con ricos aromas a perfume y a miel, de frutos como el caimito, la grosella, el tamarindo, la ciruela, el mango, el zapote, etc.
Hablamos de igual manera de buenas ventas con la llegada del turismo, de excelente ocupación hotelera y de las tan esperadas vacaciones escolares; para ir con la familia a las playas, a los cenotes o a las piscinas de los amigos.
Muchos católicos dedican la primera semana de este asueto para dedicarse a la reflexión y oración al viacrucis o camino a la cruz.
Pero sin duda alguna, la primavera es una estación única del año donde se presenta la floración de numerosas plantas y temperaturas suaves. Al igual que las otras estaciones, no sucede de manera simultánea en los dos hemisferios, por lo que en cada uno comienza en una fecha específica.
Esta época del año es, además, considerada una de las más bellas estaciones. Las personas relacionan a la primavera con la juventud, alegría y renacimiento.
Es en esta estación de primavera cuando la temperatura se calienta, el aire se humedece más que en invierno, brotan nuevas hojas en los árboles y las flores se abren, dejando un ambiente romántico en el aire y un hermoso paisaje en jardines, campos y parques.
Aunque no todo es buenas noticias, pues Víctor Rodríguez González, docente en Criminología, comenta que, de acuerdo con estudios realizados en cuanto a la influencia de las estaciones del año en la conducta humana, durante los meses de primavera, se notó que se produce un mayor número de agresiones sexuales. Dice que es justamente en esta época cuando termina el invierno y la vestimenta vuelve a cambiar, a ser menor, y se comienzan a liberar las energías que se habían acumulado para el invierno. Pero incluso esta ley tiene relación con nuestro lado más “animal”, ya que en primavera suele ser cuando comienza la época reproductiva de los animales, y el ser humano no deja de serlo, por lo que aquellos individuos, que no son capaces de reprimir dicho instinto, acaban cometiendo agresiones sexuales.
Por ello, si hay que disfrutar de la naturaleza que Dios nos regaló, no por ello debemos olvidar de tomar precauciones y estar alertas en cuanto a nuestra seguridad y la de nuestros seres queridos.