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Yucatequismos y mayismos: de todo un poco (I)

Moler no es sólo moler el nixtamal; también es fastidiar, atormentar

Hay muchas maneras de decir “tomar los tragos” en nuestra península. Y cada quien lo dice como le parece: emborracharse, mamarse, empedarse, chupar trago, “pasársele a uno las copas”, chumarse y otras muchas más que aquí sería largo nombrar. Una de ellas es “pistear”, que, según el Diccionario Español Yucateco es la acción de tomar licor a pequeños sorbos repetidos para disfrutarlo mejor. Proviene de “pisto” trago de licor.

Pero debo precisar que muchos llaman “pistear” a emborracharse simplemente y se olvidan de “tomarlo a sorbos”. Ej.

-Oye, Chalín…
-Max y Tomy nos dijeron que no delatarían y ya llevan más de cinco horas sin regresar ¿Qué les habrá pasado?
-Hombre, no te hagas: andan pisteando.

El árbol del pixoy es muy común en Yucatán y recuerdo que en los carnavales de mitad del siglo pasado, los muchachos groseros empleaban sus frutos para arrojarlos a otras personas no sin malas intenciones. Pero resulta que “pixoy” es también ebrio. Ej.

-Ya no le vuelvo a dar chamba de albañil a Gumersindo…
-¿Y por qué, maistro?
-Por “pixoy”. Míralo, “ay” viene dando eses…

Usamos desde tiempo atrás la voz “tracalada” como un montón de parientes acompañando al jefe de la familia llegando a una fiesta. El Diccionario expresa: “s.f. Grupo de personas, bandada, multitud en sentido despectivo”.

-Ahí viene tu cumple, Deódoro…
-Y lo voy a festejar pero sin invitar a Palemón…
-¿Y eso?
-Se presenta como siempre con su tracalada y sin regalo…

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