Bienestar Espiritual

Oración


“¡BENDECIRÉ AL SEÑOR POR SIEMPRE!” (Salmo 34)

¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
¡Salve, Trinidad Santísima! En este nuevo avivamiento para poder elevar nuestra oración, nos place la inspiración del Espíritu Santo y proclamar, Santísimo Padre:

“¡Bendeciré al Señor en todo momento; mis labios siempre lo alabarán! ¡Nos sentimos orgullosos del Señor e invitamos a todo ser sencillo y humilde a que lo escuchen, lo alaben y se alegren a una sola voz con nosotros por el GRAN PODER DEL NOMBRE DEL SEÑOR!

Señor y Padre: Siempre hemos recurrido a Ti y nos has contestado, librándonos de todos nuestros temores. Tan solo al mirarte con los ojos del espíritu, hemos quedado radiantes de bienestar, de paz y de alegría y jamás hemos sido defraudados por Ti. Nos consta que en nuestra pobreza a Ti clamamos y fuimos librados de todas nuestras angustias. ¡Qué maravilloso fue el poder ver cómo Tus ángeles nos protegieron a quienes hemos aprendido a honrarte, oh Dios maravilloso!

Hoy invitamos a todos nuestros hermanos a que, ¡PRUEBEN Y COMPRUEBEN LA BONDAD DEL SEÑOR! ¡Les aseguramos que en verdad será muy pero muy feliz el hombre que en Él confía! Quienes a Él estén consagrados, no se cansen de honrarlo, porque ¡NADA LES FALTA NI LES FALTARÁ! ¡Constaten que los ricos se empobrecen y sufrirán hambre, pero a quienes buscan al Señor, siempre estarán fortalecidos y rebosantes de todo bien!
Digamos convencidos a nuestros hijos, a nuestros hermanos y a nuestros amigos que vengan, nos escuchen el secreto para una larga vida llena de paz, de salud y bienestar:

¡Refrenen su lengua de hablar mal, jamás mientan con sus labios! ¡Aléjense de la maldad y hagan todo lo bueno! ¡Busquen la paz, y síguela, porque el Señor cuida a todos los justos y jamás desoye sus clamores, porque Él está en contra de los malvados para borrar de la tierra su memoria! El Señor está atento a la súplica de los honrados para librarlos de todos sus temores. El Señor está atento a quienes tienen su corazón hecho pedazos y sin esperanza.

El hombre honrado siempre es probado con muchos males, pero siempre sale bien librado de todo. Todos sus huesos están protegidos. ¡Los malvados los destruirá su propia maldad! Quienes odian al justo recibirán su castigo, pero nuestro Padre Amoroso, siempre salva la vida de sus siervos, porque siempre en Él ponen su confianza.

¡Padre Bendito, gracias porque Tu Espíritu Santo nos dio una Brillante enseñanza! ¡Gracias porque nos enseñaste que el Nombre Omnipotente de Tu Hijo merece ser honrado e invocado en todo tiempo! Amén.

P. Cosme Andrade Sánchez+

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