Cultura

El rostro de la venganza y otras operaciones

(La tinta y el bisturí): escribir con el escalpelo

Antes que nada, permítanme una breve y rápida disquisición: estamos ante un autor que esta mañana de FILEY nos presenta su noveno libro publicado. Y hago esta acotación porque desde 2011 cuando arrancó con la primera edición de su novela “Detrás del horizonte”, en el entonces Instituto de la Cultura de Yucatán, simplemente Edgardo Arredondo no ha parado de escribir, y tampoco hay visos de que tenga intención de hacerlo.

Por el contrario, Edgardo Arredondo cada vez va mostrando una sintomatología evidente –por no decir “delirante” – que nos lleva a conjeturar que su compulsiva manía por contar historias, es ya esa rara enfermedad que padeció Alonso Quijano, y que es propia de ciertas estirpes.

Ahora bien, tampoco considero que el caso de Edgardo Arredondo se trate de un “novelista tardío” como los críticos suelen catalogar. El agente patógeno de su enfermedad, la ficción, es algo que seguramente lo ha acompañado a lo largo de su formación y praxis como médico y ortopedista.

La ciencia médica, en sus años de desarrollo, ha requerido de necesarias dosis de ficción para poder dilucidar lo inexplicable, comprender lo que a simple vista es inasible, descubrir la cura para un mal físico o corporal. Desde esa práctica apoyada en la imaginación es que la medicina se ha desarrollado y avanza todavía, por lo que, seguramente, para nuestro autor, la ficción no le ha sido desconocida, y sí, en cambio, es desde ahí, donde inoculado por las posibilidades que la imaginación ofrece, que un día, sin dejar a un lado el bisturí, se puso a narrar.

Entiéndase, entonces, esta breve disquisición, como un dato relevante en la vida del autor que tenía que resaltar, porque sin duda, influye en la génesis de este otro oficio que ahora desarrolla con tanto ímpetu, y por supuesto, en el corpus de su obra literaria creada hasta hoy.

Hoy nos convoca este libro más reciente del Dr. Arredondo, titulado “El rostro de la venganza y otras operaciones: la tinta y el bisturí”, una colección de cuentos impregnados por su estilo propio, ya reconocible, donde el autor combina el humor en todas sus variantes, junto a otras cuestiones reflexivas y de crítica social.

Este nuevo libro propone un orden de los cuentos divididos en dos vertientes, lo cual, representa, desde mi punto de vista, un buen acierto para su lectura.

Por un lado, tenemos una selección de nueve cuentos agrupados bajo el título de “La tinta”, de temas muy diversos, donde confluyen personajes como el futbolista redimido, el joven de la generación milenial, el brigadista de salud, el soldado vencido por su presente, entre otros tantos personajes ungidos por el estilo arredondiano.

En esta primera parte descubrimos, además, extraordinarias pinceladas de un humor bien escrito (cosa nada fácil), natural en Edgardo Arredondo, como es el caso del cuento titulado “Encontrándome con un viejo amigo”, donde el protagonista nos narra puntualmente el día, en que muchos años después, se reencontró con un peine.

“de nuevo acaricié mi último peine y decidí que era momento de reintegrarlo a mi vida. En efecto, lo tomé y me di una rascada en la cabeza que ni la manita para hacerlo en mi espalda igualaría. Así que de nuevo lo guardé en su estuche de plástico y lo dejé junto a mi buró… A los viejos amigos no se les dice adiós, sino hasta pronto”. (p. 33)

El rostro de la venganza y otras operaciones
El escritor y médico Edgardo Arredondo presentó su segundo libro de cuentos durante la FILEY 2023.

Detrás de la construcción del humor existen múltiples planos de significación. Es decir, más allá de los elementos utilizados en el texto para darnos risa, habitan otros discursos paralelos que refieren otras preocupaciones que el humor arropa con su calidez. Como la metáfora, nos advierte la comunicóloga Eva Aladro, “el humor es pensamiento para sentir”.

El humor, en Edgardo Arredondo, no es gratuito. En el cuento referido anteriormente, el reencuentro del protagonista con su peine es un elemento que, por un lado, crea un esquema de risa y chiste pero que, por otro, detona recuerdos y vivencias de infancia de nuestro personaje. “Sonreí porque los recuerdos me vinieron en un instante”, leemos en los primeros párrafos del cuento. Y es, entonces, que este texto nos habla de algo más allá que de un personaje calvo reencontrándose con su peine.

El narrador Arredondo, a través del humor, con el escalpelo, abre una ventana por donde mira al pasado y lo disecciona. Es por allí por donde observa de nueva cuenta los recuerdos de familia, los domingos con el peluquero tradicional y las voces del padre diciendo: “quítele más, maistro, quítele más”.  

Otro ejemplo, del manejo del humor arredondiano, lo podemos encontrar en los textos titulados “Chopin en el laberinto”, y también en “La seducción”. Aunque realmente en la mayoría de los cuentos, el humor permea a modo de leitmotiv.

La segunda parte del libro compila doce cuentos que, como el mismo autor advierte en las páginas iniciales, se nutren en buena medida de su actividad como médico. Es decir, son textos generalmente protagonizados por médicos en diversas situaciones relacionadas a su profesión, o bien, temas relacionados con la medicina y la salud.

No obstante, este grupo de cuentos bajo el título “El bisturí”, destacan por varias razones.

A través de ellos, por ejemplo, conocemos microhistorias relevantes de la historia de la medicina como el cuento titulado “Dos veces Meister” sobre el descubrimiento de la vacuna contra la rabia, hecha por el Dr. Louis Pasteur, y el primer paciente vacunado, Joseph Meister. 

O bien, la microhistoria de un test usado en los años treinta por el Dr. Friedman que utilizaba conejos para saber si una mujer estaba embarazada o no. En el cuento “La losa”, el protagonista, un médico en una zona rural, le explica a su madre que el método era tan certero, que “la otra manera de averiguar si hay embarazo es esperar los nueve meses”.

Estas referencias históricas en la narrativa de Edgardo Arredondo, confieren a los textos literarios un valor de carácter histórico, lo que permite vislumbrar y reflexionar los modos en que la medicina y su avance científico se han abierto paso, precisamente, en lo que decíamos al inicio, a través del uso de la imaginación o de la ficción.

A ese valor histórico de la literatura arredondiana, también podríamos sumar el carácter testimonial de muchos de sus cuentos y, viéndolo en perspectiva, de su obra narrativa. En sus textos confluyen historias de vida de muchos médicos ya sea en formación, o en la práctica del día a día en el consultorio o el quirófano, casos presentados que, en su complejidad, remiten la dura y difícil tarea que tiene un ser humano con formación médica, frente a otro ser humano vulnerable a la enfermedad o al dolor, y donde la prioridad, en la mayoría de los casos, es salvar una vida.

Como hemos dicho, Edgardo Arredondo no se bifurca como escritor o médico, sino que, en él, en su literatura, se cumple una dualidad inevitable: es un médico narrando su horizonte de vida y su existencia.

Dentro de este segundo grupo de textos pertenecientes a la sección “El bisturí”, destaca la aparición de un controvertido personaje, de nombre Alberto Lizardi, médico de profesión, quien aparece en cinco cuentos. No obstante, es en tres de ellos donde se desarrolla una historia truculenta. Me refiero a los cuentos “El rostro de la venganza” (que le da nombre al libro), “No hay crimen perfecto” y “La riqueza a tus pies”. En estos textos hay una misma historia contada sutilmente por varios personajes, y que va nutriéndose desde diversas perspectivas creando un entorno de incertidumbre, y dejando, sobre todo, al lector en ascuas.

¿Será, acaso, el novelista Edgardo Arredondo asomándose en este libro de cuentos? ¿Será el germen de un nuevo libro, de un nuevo personaje al estilo de Román Arzamendi, protagonista de otros de sus novelas? Sólo es el tiempo y el autor quienes seguramente darán respuesta a estas interrogantes de lector.

No quisiera prolongar más esta reseña personal del nuevo libro que hoy nos reúne. “El rostro de la venganza y otras operaciones: la tinta y el bisturí” es un sube y baja de emociones, aderezado con las ilustraciones de Tony Peraza, que dejará satisfecho a los lectores que siguen la obra del Dr. Arredondo, y un buen sabor de boca para quienes por vez primera se aproximen a su obra literaria. Es desde el tema médico que el autor parte hacia otros tópicos donde hábilmente realiza su crítica contumaz a la religión, al sistema político, a las relaciones interpersonales y de pareja, a la ética profesional de los galenos, entre otros temas. De ahí el gran valor cultural y literario de este libro de cuentos.

De ahí, también, que podamos afirmar que Edgardo Arredondo, con este noveno libro, va consolidando un lugar en la narrativa de este Yucatán Literario; que, en su disciplina profesional y sentido humano, va forjando una literatura que está comunicándose y atrayendo nuevos lectores, anteponiendo la ficción y el arte de narrar, es decir, la literatura, como una manera de encarar al destino. Y eso, hay que reconocerlo, no es poca cosa en estos tiempos tan insólitos.

Entre ser médico y ser escritor, uno pensaría “qué bueno que estudió medicina”, pero ciertamente, en el caso específico de Edgardo Arredondo, muchos decimos: “qué bueno, que el doctor se puso a escribir literatura”.

Texto leído por el autor durante la presentación del libro “El rostro de la venganza y otras operaciones: la tinta y el bisturí” realizada el domingo 12 de marzo en la FILEY 2023.

Manuel Tejada Loría

Escritor, Gestor cultural, Licenciado en Literatura Latinoamericana por la Universidad Autónoma de Yucatán. Premio Internacional de Poesía Mérida (2016) con el poemario "Inmóvil en el viento", y Premio Estatal de Poesía "José Díaz Bolio (2015). Autor del libro "Inmóvil en el viento" (Ayuntamiento de Mérida, 2018). Coautor del libro "El éter de las esferas (Ayuntamiento de Mérida, 2006).

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