
En El dilema de Penélope, de Jorge Zepeda Patterson, novela inmersa en la tensión y el suspenso, bajo una base realista se narra la posibilidad latente de una manipulación política y social con aviesos fines electorales.
La protagonista de la novela es Penélope Hunt, una joven norteamericana de ascendencia noruega y mexicana, que coordina un centro comunitario para chavos banda de Los Ángeles, denominado SAPO, y que se verá implicada en un complot político de cariz nacionalista que causará muchas muertes y un desequilibrio social en contra de los inmigrantes de los países latinoamericanos o sus descendientes.
El complot se centra en un enemigo inventado a partir de una soterrada idea de etnia nacional, la idea del “horizonte de un todo nacional impoluto, de una etnia nacional pura y sin tacha”, conforme a Arjun Appadurai, a quien en este texto sigo en algunas ideas. Al cometer delitos y atribuírselos a otros para que aparezcan como males sociales que deben ser exterminados se ejerce el terrorismo como táctica, lo cual da lugar a una violencia productiva en el plano social, que sólo beneficia a un cerrado grupo de élite.
Considerando la onomástica, el nombre Penélope remite a la pasividad de la mujer que espera, tejiendo y destejiendo para alejar el peligro de los pretendientes por su posible viudez, y el apellido Hunt significa cacería, lo cual es otra forma de espera, pero más activa, en busca de resultados para develar la intriga y hacer justicia. Este nombre define la personalidad de la protagonista, que demuestra empatía por el público objetivo del centro comunitario que tiene a su cargo y no tendrá miedo en adentrarse en sitios peligrosos para lograr su cometido salvador.
Tres personajes masculinos tendrán papeles de colaboración. Uno, Saúl, desbancado líder de chavos banda y de ascendencia mexicana, y el catedrático universitario Phil Mason, quien da indicios para revelar la verdad. Con mayor complejidad de carácter, el tercero es Luca Page, quien paradójicamente juega un papel dual a pesar de ser el autor del complot.
Entre una variedad de personajes que con distintas funciones forman parte de la trama del poder, sobresale Dan Thompson, que ejerció la presidencia y está empeñado en recuperarla después de haber perdido la elección más reciente. No hace falta esforzarse mucho para saber de quién se trata, desde las propias iniciales del nombre y del factor de ser un personaje que no ofrece ningún problema para ser caracterizado de modo caricaturesco, ya que en su vida, obra y palabras es una caricatura andante: Donald Trump.
En esta novela este Dan Thompson/Donald Trump es descrito psicológica y moralmente de manera cabal: “Thompson es una fuerza de la naturaleza, impone, arrastra, pasa por encima de todo. (…) Es una fuerza de la naturaleza también en otro sentido; su voluntad se desencadena al margen de la voluntad de los otros, de las circunstancias o de cualquier consideración moral, política e incluso económica. Él está convencido de que su éxito como empresario y ahora político hace legítimos sus deseos y valida sus recetas para el país”.
El terrorismo opera con las herramientas de la incertidumbre y al emplear los estereotipos como estrategia discursiva se está causando incertidumbre social. Priorizando la diferencia por encima de la integración, un grupo empieza a sentir que el otro grupo conlleva un peligro para su propia supervivencia y hace un uso perverso de la propaganda que difunde certezas despiadadas. El resultado, aplicando palabras de Appadurai, es el de asumir la existencia de “identidades colectivas peligrosas a las que sólo cabe tratar mediante el etnocidio o alguna forma de muerte social extrema para el otro étnico”.
Aprovechando las redes sociales para su difusión masiva, esa propaganda perversa se hace explícita en frases que se emplean a manera de epígrafe en algunos capítulos y también a base de fake news sostenidas en argumentos falaces como el argumento ad humanitatem, el falso dilema y el argumento ad populum.
Una presencia recurrente a lo largo de la novela es la sofisticación y casi omnipotencia del espionaje, que se efectúa por distintos medios y a todos los niveles a través del aparato del poder económico, incluso sin necesidad de detentar el poder político-legal. Queda claro que vivimos en una sociedad vigilada y controlada, donde la privacidad es vulnerada en el momento en que algún gran poder lo decida, sin que les importe la integridad física y moral de las personas.
Este control a través de medios tecnológicos y tradicionales hace posible el eficaz montaje de los delitos fabricados, la capacidad de crear escenas de crímenes bien previstas y correctamente planeadas, con invención de culpables a quienes se entrampa a base de una falsa lógica. Todo se puede calcular hasta el último detalle, considerando las posibles alternativas, pero un punto que suele olvidarse es la existencia del factor humano, el cual puede ser determinante para descarrilar cualquier propósito nefasto.
Estos montajes de delitos y culpables parecen ser parte de estrategias complejas del poder, con miras a impactar en la mentalidad colectiva. Y no podemos dejar de hacer comparaciones con el 11 de septiembre y con tantas guerras que sólo conocemos por información previamente filtrada y depurada, ya que en Estados Unidos se suele montar espectáculos en cualquier ámbito de la vida humana y volver épica cualquier situación, ya sea común o inusitada.
Esta novela sigue un eficiente ritmo con un uso razonado de los recursos narrativos. La mesura domina, ya que la narración se centra de modo puntual en las acciones y en los contextos geográfico y temporal en que se desarrolla la trama, evitando información superflua, sobre todo la de ensalzamiento de lo mexicano y de exaltación cuasi-turística. Existen momentos abiertos de sexualidad o de lenguaje procaz, pero plenamente justificados conforme a las acciones y no como recursos efectistas para complacer a ciertos públicos lectores. Es una novela bien estructurada, que capta la atención del lector, impeliendo la emotividad y las reflexiones. Lo que aquí se narra no ha ocurrido, pero puede llegar a ser un destino, incluso más allá de los Estados Unidos.
Jorge Zepeda Patterson: El dilema de Penélope, Planeta, Cd. de México, 2022, 321 pp.
(Texto leído durante la presentación del libro en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán 2023 el pasado viernes 17 de marzo).