
(MONÓLOGOS PARA NIÑAS INTRÉPIDAS ESCRITOS ENTRE
MÉXICO TENOCHTITLAN Y MÉRIDA LA DE YUCATÁN, 1998 Y 2000.)
MOSQUITA MUERTA (MONÓLOGO 4)
ELLA. Diez años.
Cuando descubrí a mi hermana Paulina con el pollo de Pancho su novio, en la boca.
No pudo articular palabra alguna, se atragantó y por poco y se ahoga, hasta morada se puso la cabrona.
El pendejo de Pancho primero se asustó y luego se la metió toda hasta el fondo a Pau, inmediatamente la sacó y manchó toda la cara de mi amoratada hermana con su semen.
Uf, que asco, yo pensaba que el semen era blanco y tenía la consistencia de la leche Alpura. Ni madres, parece yogur pasado.
El caso es que los dos no sabían que hacer conmigo, hasta me prometieron comprarme en la Gran Plaza el cidi de Mercurio que tanto me gusta. Pero aunque estuve a punto de caer en la tentación, me porte muy estoica como dice el maestro de filosofía de mi hermano Gustavo. Y me aguanté.
Esto pasó hace una semana.
Ese día mis papás no habían llegado a la casa porque tenían junta sindical. Así que estos cabrones de “miarda”, Pau y Pancho, aprovecharon para vivir su video porno, como esos que les descubrí en el clóset a mis papás. Si ya me lo decía yo, estos mis papás son bien calientes.
Hacen bien, que la gocen, dicen por ahí que la vida es efímera.
Total, ya sé que cuando se agasajan viendo sus videos, cierran con doble llave la puerta de su cuarto.
Al día siguiente nos cumplen todos nuestros deseos y nos dan todos los permisos del mundo.
No es que sea una chismosa, pero no podía guardar para mi solita lo que había visto y aunque juré por todos los santos de la iglesia y sobre una Biblia de que no le diría nada a nadie; pues la carne es débil, y la mía es flaca, así que fui y se lo conté a mi intimérrima: Sasha Galilea; mi vecina y compañera de colegio. A quién de cariño le decimos Shagali…
No pude terminar pues Shagali se carcajeaba como loca de atar, hasta convulsiones le dieron a la hueputa. Se meneaba como una pelaná.
Cuando se calmó, me invitó a fumarnos un cigarro de los que le roba a su mamá, un Viceroy mentolado, hasta importante me siento cuando me fumo uno de esos cigarrotes, me siento como estrella de telenovela, pero de las que hacen papeles de malas como la Cantoral. ¿Hace todavía telenovelas la Cantoral?
Ya calmadas y entre fumada y fumada me contó que a ella le pasó lo mismo cuando tenía en la boca el pichón de Sealtiel – el más guapo de mis hermanos -, y creyeron que la criada los había descubierto, pues lo estaban haciendo en el lavadero, a un lado de la lavadora.
Yo le pregunté que como sabía de “eso”. Y ella como toda una experta me con-
testó que si no había visto el clásico del cine porno “Garganta profunda”, que ella la había visto en casa de Ricardito, uno que vive aquí cerca y que dicen que le gustan los hombres. El se la robó a su hermano Alfonso, y que cobraba dos pesos o una bolsa de sabritas con chile para que la vieran, así me enteré de que todos los chavitos y chavitas del fraccionamiento no sólo ya la habían visto, sino que lo practicaban en la sala de casa de Ricardito, y que él era el más abusado, pues era el único que podía con el pichón de René, que según cuenta Sasha es más grande que el asta bandera de la Plaza Grande.
Después de esas confesiones, yo me siento una pendeja total y absoluta. Y como eso de chupar pollos no me convence mucho que se diga, pues fui a la Bibliote-
ca Central y con mucha pena, pero pedí un folleto sobre el sida, la bibliotecaria se huishó del susto, pero le dije que el maestro de biología nos había pedido una investigación sobre esta pandemia del siglo XXI, así se dice ¿no?
Hasta gafas oscuras me puse cuando lo estaba leyendo, tenía miedo de que me descubrieran y me dijeran que soy una morbosa.
Shagali dice que soy una protagonista, que hubiera sido más fácil, entrar a “gugul” y averiguar, yo le contesté que eso es para los flojos que no quieren saber la verdad, como dice la maestra de la COBAY.
Después de leer “ese” “”folleto””, la verdad es que, yo, no me arriesgo, ahí dice que se puede hacer con condón, y ahí me tienen, que la abusada de mí, fue a la farmacia y pidió una caja de condones, según yo, dije que eran para mi papá, el pobre chavo que me los vendió, estaba más colorado que un tomate a punto de reventar.
Pues que llego a mi casa, que abro la caja, que saco uno, que lo inflo y que me lo achoco en la boca, fooó, sabe a rayos.
Shagali me dijo que hay de sabores. Ay, hubiera pedido uno de sabor huaya con chamoy.
No, decididamente, después de toda la información que poseo, yo no me atrevo a hacer esas cosas, dirán que soy una mosquita muerta, pero no me importa, que digan lo quieran, pero yo creo que mejor me voy de monja…
Bueno, no creo que sea para tanto.
Hoy hay una sesión de videos en casa de Ricardito, entre él y Shagali ya me prometieron que me van a enseñar; que al principio es sólo la puntita…
¡Ay!, pero me requete conozco, yo soy muy atrabancada y… me sucede con las paletas, no puedo lamerles sólo la puntita, ¡yo!: me las achoco completas en la boca.
Por si las dudas voy a llevar los condones que compré en la farmacia, y por si las moscas, les voy a untar mermelada de piña que es la que más me gusta, ya la saqué del refrigerador, y les unto el chamoy que compré con doña Tatiana y lo metí todo en mi mochila, está más chula mi mochila, es un conejito de peluche.
Bueno, ya me voy, ya casi son las cuatro.
Ah, y para que no digan que soy una mosquita muerta, llevo también un bote de raid matabichos casa y jardín…