Cultura

Lilia Michel: la chica del sweater

Lilia Michel. Foto publicitaria.

 Una de las figuras más gratas al público de los años 40, lo fue sin duda Lilia Michel. Su extrema juventud y su lindura propia de la adolescencia, la hicieron la preferida de los jóvenes de aquellos años. Y aunque fue denominada la chica del sweater al igual que Lana Turner, existió una sustancial diferencia entre ambas estrellas, pues aunque el apelativo fuera similar: la carga sexual de la belleza perversa de Lana, no tenía nada que ver con la sensualidad de esta niña/mujer que emanaba candidez y a la que los jóvenes de los setenta hubieran calificado como: niña fresa.

 ASI SON ELLAS

Lilia Michel. Foto publicitaria.

 Lilia Larios nació en Teapa, Tabasco., pero por la profesión de su padre, que era militar, vivió en varias ciudades de la república mexicana, una de ellas fue la ciudad de Mérida, Yucatán. A su regreso a la ciudad de México, formó parte del ballet de Miss Carroll. Como integrante de este cuerpo de baile participó en varias películas, que sirvieron para que se fijaran en ella los productores.

 Quien la contrató como exclusiva y lanzó como estrella fue Olimpia Films en la cinta Corazones en juego/Así son ellas (1943), bajo la dirección de Gilberto Martínez Solares, con Gloria Marín, José Cibrián, Rafael Baledón y Ana Clair. Como vemos, fue en esta cinta donde conoció al que fuera compañero de casi toda su vida.

 Una nota publicada el 5 de febrero de 1944 en una revista especializada en cine, nos hace ver el impacto que causó la jovencísima rubia:

 “La nueva productora Olimpia Films no quiere soltar por nada a su nueva estrella Lilia Michel, que acaba de lanzar en “Corazones en Juego” (…). La joven debutante recibió varias proposiciones por diferentes casas para papeles estelares, ta les como “La Rosa de las Nieves” y “El Corsario Negro”. Pero la Olimpia, con la que tiene contrato exclusivo no quiere que haga nada fuera de su seno. Actualmente la prepara, con el director de teatro Seki Sano, para hacer con ella varias cintas que prepara con todo cuidado.”

 UN BESO EN LA NOCHE

 La siguiente actuación de Lilia fue en una de las mejores películas hechas en México sobre el toreo: La hora de la verdad (1944) de Norman Foster; siguió a ésta la comedia Un beso en la noche (1944) dirigida por Gilberto Martínez Solares, por la que en la primera entrega de los Arieles, efectuada el 3 de julio de 1946, se hiciera acreedora al preciado galardón por mejor coactuación femenina. Antes de terminar 1944, actuó en Crepúsculo y en El jagüey de las ruinas, dirigidas respectivamente por Julio Bracho y Gilberto Martínez Solares.

VERTIGO

 El segundo año de vida cinematográfica de Lilia Michel, fue productivo, pues tuvo la suerte de filmar dos cintas que son “clásicos”: No basta ser charro (1945) al lado de Jorge Negrete, y Vértigo (1945), por la que recibiría su segundo Ariel en 1947, otra vez por coactuación femenina. Amén de que en lo último que trabajó ese año, fue El pasajero diez mil, donde compartió escena nuevamente con Rafael Baledón, y que significaría un primer receso en su carrera, pues no volvería a filmar sino hasta 1949.

 La historia cinematográfica de Lilia Michel fue corta durante su soltería, y esporádica a raíz de su matrimonio con el actor y galán campechano Rafael Baledón. Su matrimonio fue siempre muy elogiado por los medios de comunicación y por el medio cinematográfico, lo que influyó en el público para que los tuviera como ejemplo de amor entre dos estrellas admiradas y cercanas a su corazón.

 Ya casada, sostuvo con su marido durante varios años, un programa de radio que tenía mucho que ver con aquella serie de la tv norteamericana: Yo amo a Lucy, interpretada por el matrimonio formado por las estrellas Lucille Ball y Desi Arnaz, el programa de marras fue: La familia Michel.

 SOY FELIZ

 Tres años después de su retiro de las pantallas, Sara Moiron la entrevistó para Cinema Reporter. Una vez más, Lilia reitera su amor a Baledón, a sus hijas y lo gratificante del hogar.

 “-He elegido al galán de toda mi vida, en el cine y en la vida real, que es mi esposo, con quien s¡ volvería al cine, como estamos a punto de decidir, pero de ninguna manera aceptaría yo trabajar con otro galán, porque a través de mi esposo, aparte del inmenso cariño que le tengo, se unen el amor de mis hijas y la tranquilidad de mi hogar. (…)

 Cuando me inicié, el que es ahora mi esposo fue el primero en oponerse a mi ingreso al cine. Estimo que él, conocedor del ambiente, pensó que debido a mi corta edad podía yo ser víctima de una serie de incomprensiones y de posibles peligros por parte de quienes no podían entender plenamente que mi única aspiración era ser una artista.

 Rafael luchó mucho tratando de conseguir esta finalidad, pero al cabo de algún tiempo de haberme conocido se convenció de que a pesar de ser yo demasiado joven, podía ser una artista, y solamente una artista.

 Tengo recuerdos muy gratos sobre mi actuación en el ambiente cinematográfico. Mi vida de artista me proporcionó el intenso placer de considerarme como una contribución, modesta, para el desarrollo cinematográfico de mi país, que pretende buscar los caminos de una constante superación. Créame usted que durante ese tiempo, la idea de luchar por una superación artística en nuestro medio, para romper en alguna forma el malinchismo que aun impera por parte de nuestro público de considerar al cine extranjero como la única manifestación artística en todos sus aspectos, fue para m¡ una constante preocupación.

Maricruz Olivier, Julio Alemán, Lilia Michel, Rafael Baledón y Pancho Córdova.

 La película en la cual actué con más entusiasmo y con mayor agrado, fue “No basta ser charro” con Jorge Negrete, a quien considero y sigo considerando como un gran compañero, cuyo temperamento artístico y natural entusiasmo produce la ambición de superarse, y en estas condiciones, en esa película trabajé con toda mi fe y todo mi entusiasmo.

 En materia artística, los papeles que mayor agrado me proporcionaban eran aquellos que por su comicidad y alegría me daban mayor oportunidad para desenvolverme a mi gusto. La comedia es positivamente lo que más le agrada al público mexicano, porque provoca incontables momentos agradables.” 1

 SIGUEME CORAZON

 Para anunciar su regreso al cine, la prensa publicó varias notas y entrevistas una de ellas rezaba as¡: “(…) Porque, Lilia Michel sabe que la felicidad, a veces, es agresiva, y suele herir al desgraciado con su pompa. Por eso ha preferido ser humilde. Vive sin ostentaciones de vanagloria; con el producto del trabajo de su esposo el Dr. Baledón y entre los arrumacos de sus hijitas y el llamado de la cocina que la reclama. Y siente a veces la nostalgia de la gloria, de la lisonja del aplauso engañoso. Cumplió su destino de estrella traviesa allí en el cielo, y su destino de arte aquí en la tierra, y ahora, silenciosa y tranquilamente sigue realizando su misión de madre alegre y risueña.” 2

 Lilia retornó al cine al lado de su marido en La gota de sangre en 1949; volvió a filmar otra cinta hasta 1951: Sígueme corazón. Este mismo año Rafael Baledón debutó como director de cine con Amor de locura, “paralelamente a su primera experiencia como director cinematográfico, Baledón hizo por el mismo tiempo nueve cortos para la televisión que interpretaron Lilia Michel, Gloria Aguiar, Silvia Pinal, Aurora Segura, Pedro Infante, Tongolele, Fernando Fernández, María Victoria, Pedro Vargas y Tony Aguilar entre otros.” 3

 Después de esta cinta actuada al lado de su marido, el retiro de Lilia Michel se prolongó casi dos décadas.

Las gota de sangre (1950). Lilia Michel y Rafael Baledón. Lobby Card.

 Regresó al cine en la década de los sesentas con La Muñeca perversa (1969), a esta siguieron diez cintas más, destacando: El amor tiene cara de mujer (1973); La lucha con la pantera (1974); Yo amo, tu amas, nosotros…(1975) y Fantoche (1975). Fuera de la ley (1998), fue su última cinta.

Hizo poca televisión, debutó en la telenovela Gente sin historia (1967)  y su última aparición fue en María la del barrio (1995).

 Se casó en segundas nupcias con Wolf Ruvinskis en 1999, quien falleció a los pocos meses.

 Lilia Michel, será siempre la sonrisa amable y pícara, sonrisa que conservó hasta el último momento de su vida.

 Y aunque la llamaron la chica del suéter como a Lana Tuner, su vida cinematográfica y personal nada tuvo que ver con la turbulenta y escabrosa de la diosa de Hollywood.

 Lilia fue una de las primeras jóvenes del cine mexicano que interpretó a jóvenes. Y esto es muy importante en la historia de nuestra cinematografía.

NOTAS

1.- Sara Moiron. Soy feliz dice Lilia Michel.  Cinema Reporter del 9 de octubre, México, 1948, pp. 21-22

2.- Indiana. Lilia Michel La estrella que debutó con la gloria no se apagó, Cinema Reporter del 2 de julio, México, 1949, p. 8

3.- Citado por Emilio García Riera en Historia Documental del cine Mexicano Tomo 5, Editorial Era, México, 1973, p. 52

Fernando Muñoz Castillo

Escritor, hacedor de libros objeto, dramaturgo y director de teatro. investigador e historiador de teatro y cine. curador y museógrafo. periodista cultural. ha publicado varios libros.

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