
La mirada: esa navaja
de traspasar almas, ese
escalpelo metafísico…
—

En este país, cualquiera
puede llegar a ser ministro,
presidente o cualquier cosa.
Sólo hay que tener estómago.
—

En el amor, como en las
grandes aflicciones, hay
que tener la discreción
de las hormigas…