
Esto es, lo empleamos en pláticas de café o de cantina, en el hogar, sentados en una banca de la plaza mayor y hasta para ofender a una persona proba.
“Faramalla” en Yucatán es un engaño, una ofensa, un desmentido o lo que Ud. quiera. Lo dicen los jóvenes, las personas mayores, los albañiles, los cocheros y hasta los basureros. Es una palabra que no pertenece a nadie y que puede provocar serios disgustos entre las personas decentes.
Veamos como lo admite el Diccionario de la Academia:
FARAMALLA S.F. (Fam. Situación
exagerada, aparatosa o escandalosa
con que se pretende llamar la atención.)
Ejemplo:
-¡Hey, Cástulo!
-Que jáis, Lamberto…
-¿Ya sabes que Pichojos le estafó mil pesos a Katzim? Ya lo sabe todo el mundo…
-¡Bah! ¡No me vengas con esas y déjate de “faramallas”!
También existe la palabra “faramallero”, que indica al bravucón, al farolero, pero sólo en Chile y México (de acuerdo con lo que dictamina la Real Academia).
Por último, en Yucatán, además de “faramalla”, también decimos “pura iris”:
-José dice levantar 30 kilos…
-¡Bah! Puro iris…