
Claudia Albertina saltó de los fogones de Chiapas a la cocina del Pujol. Y de ahí no ha parado: su restaurante está entre los 50 más prometedores del mundo en la lista 50 Best.
Cuando entró a la cocina todo pasaba muy rápido. Comandas de comida saliendo, gente montando platos a toda velocidad en distintas estaciones, sartenes en fuego, cuchillos rebanando vegetales.
Claudia reconoce que el camino no ha sido fácil y ocupar este lugar en la lista le ha costado un gran esfuerzo para recorrer un camino sinuoso, primero por ser indígena, y luego por ser mujer, por lo que, a través de su experiencia de 15 años en la cocina y nadando contra corriente les dice a las nuevas generaciones “sí se puede, hay obstáculos y muchos, pero se pueden brincar”.
“Para mí fue de no creerse, sin yo haberlo buscado, de pronto se me abrió una puerta que después me abriría varias más. Le metí mucha velocidad a la tesis, la acabé, me convertí en la primera profesionista de mi familia y cerca de un mes después me encontré frente a la puerta de Pujol, en mi primer día de trabajo”, afirma la chef.
La joven chef es de origen tsotsil, graduada en Gastronomía por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, ha trabajado en restaurantes de prestigio en la Ciudad de México y es una promotora activa del movimiento slow food, el cual promueve el placer de la comida, el consumo consciente y la sostenibilidad del planeta con cultivos respetuosos con la naturaleza y con los animales.
Con información de Milenio