
Moler es muchas cosas en Yucatán y creo que en otros lados, pero sólo aquí he escuchado moler como fastidiar, molestar.
Veamos un ejemplo:
–Oye Pito…
-¿Quiubas…?
-Que tu jefe, el Dr. Peniche, ¿no te permitió ir al cine a ver tu película favorita?
-Sí hombe -interviene Panseco- se lo prohibieron, ¿no es cierto, Pito?
-Sí, ¿y qué?
-Nada, que te quedaste como las novias de pueblo: vestido y alborotado.
-Sí hombe, Pito -habla Panchoyo-. Yo sí fui a ver esta tu película favorita y es una porquería…
-¿Y qué…? A mí me gusta -replica Pito-.
-Pero te la perdiste -dice Panchoyo-.
-Sí hombe, se la perdió -insiste D. Sera-.
-Si… si… ¡pobre de ti! -ríe Panseco-.
Al fin, hastiado, suena la voz de Pito:
–¡Ya… ya! ¡Dejen de estar “moliendo”!
Por cualquier cosa: nota de prevención
-Oye Manny ¿También invitaste al Greñas a dar la vuelta en tu nuevo carro?
-Nooooo; por cualquier cosa; siempre anda armando con su pistolón.
(Esta expresión es bastante usada en la península yucateca)