In Memoriam Meche Barba (1922-200)



Este cartel de cine, da fe de que Meche no comenzó como rumbera en el cine mexicano, sino como dama joven.
Sus primeras 6 cintas con crédito fueron:
Sota, caballo y rey. Bajo la dirección de Roberto O´Quigley (1943).
Rosalinda. Dirección de Rolando Aguilar (1944). Rancho de mis recuerdos. Dirección de Miguel Contreras Torres (1944).
El hijo de nadie. Dirección de Miguel Contreras Torres. (1945). Loco y vagabundo. Dirección de Miguel Contreras Torres. (1945)

Fue hasta la séptima película que bailo como rumbera.
De Rancho de mis recuerdos, Meche recordaba lo siguiente:
-Don Miguel era duro con uno, o seas, él presionaba.
Cuando llegué al estudio, él estaba filmando con Medel, quien acababa de hacer Pito Pérez, con mucho éxito.
Cuando llegué al foro me dijo:

-¿Quieres trabajar conmigo?
-Sí, señor (en realidad yo quería trabajar con fuera).
-Es un papel de rancherita, ¿lo podrás hacer?
-Trataré.
-Entonces llévese este script.
Era así de gordo el script. ¡Así, eh!
-Léalo y en la tarde viene para que me diga si le gustó el papel.
-Sí, señor!

Eran las doce de la mañana; me fui a i casa, ni comí por leerlo completo, tenía que regresar a las cuatro de la tarde. Así que llegué al estudio con el script leído.
-¿Le gustó?
-Sí, señor, si me gustó!
-Esta película va a hacerse con Jorge Negrete.
¡Entonces Jorge era un figurón! Yo lo recordaba de la época de Soto, cuando él y Armengod estaban de cantantes, y de tiples Lucha María Bautista. Morena de ojos verdes que se casó con uno de los Martínez Gil, Consuelito Gómez y Marina Tamayo. Como se imaginará, yo estaba fascinada ante la idea de filmar con él, no tanto por él, sino por el nombre que tenía.
-¿Leyó el script?
-Sí, señor, ya lo leí.
Se me quedó mirando muy serio y me dijo:

-¡Y qué tal cuando usted se cae de la barranca?
-¡De eso no me enteré!
-Veo que sí, lo leyó,
De ese tipo era don Miguel.
-Es suyo el papel. Pero me va a filmar dos más, porque yo no la voy a lanzar para que luego usted se vaya con otro productor.
Así fue como hice un papel de rancherita, que me encantó.
Yo como se imaginará, estaba fascinada; 3,500 por una, creo que 4,000 por la otra y cinco por la tercera, no, ni a cinco llegué porque en Humo en los ojos cobré cinco.
Yo subí pian pianito. En esas peliculitas casi casi barría el foro para granjearme el papel. 1

El 14 de enero de 2000, me avisaron que había fallecido de un paro cardíaco a las 3 de la madrugada.
Aunque sé que el cine y la televisión han perpetuado su imagen. Las reuniones para comer, tomar café o ir al cine, y conversar de todo y siempre de algo más, me hacen falta todavía.
NOTAS
1.- Fernando Muñoz Castillo. Las Reinas del Trópico, Editorial Azabache, México, 1993, p. 67.