


Mala imagen para el turismo que hoy gusta de recorrer la ciudad.
¿Cultura, desconocimiento, factor económico, vigilancia, aplicación del reglamento municipal? Todos o apatía y rebeldía pudieran ser los factores que inciden en ciudadanos o gentes de paso, que ya están convirtiendo las calles y terrenos baldíos del municipio en un tiradero abierto de desechos industriales y orgánicos.
Recorriendo calles y alrededores de fraccionamientos y comercios pudimos observar que estos espacios céntricos y aledaños se encuentran cubiertos de bolsas desechables, animales muertos, partes de aparatos eléctricos, llantas de carro, envases y hasta muebles de sala y refrigeradores y por supuesto basura que se genera de baños, entre otros.
Vecinos de esos alrededores que omitieron sus nombres por temor a represalias, expresaron que son los mismos habitantes de esos lugares, que desidiosos y que no pagan recoja de basura, los que salen en las noches a realizar estos actos reñidos con la salud, agregando que es hasta absurdo pero estas personas suben sus bolsas a sus carros y buscan los lugares sin vigilancia o abandonados, para depositar allá sus desechos; no pensando en el perjuicio que causan a los niños que pasan para las escuelas y se enfrentan a animales carroñeros y también los exponen a ellos a soportar los malos olores que estos produce.
Comentan que es por esas áreas por donde debería transitar la policía o supervisores de limpieza para detectar a estos malos ciudadanos y aplicarles las mulatas correspondientes, además es fácil detectarlos con solo abrir algunas bolsas de basura y allí debería encontrarse evidencia de quien es el causante, ya que a veces tiran recibos o papeles con sus nombres.
Una persona manifestó que porque no obligan a aquellos dueños de terrenos o viviendas abandonadas a hacerse cargo de ellas, cercarlas o rentarlas.