
No tenemos que voltear el cuerpo si deseamos irnos de paseo. Bueno, así decimos en la península, especialmente en Yucatán y Campeche. (Quintana Roo, con su oleada de fuereños viviendo allá ahora, han traído sus propios dichos, y aunque se conservan los estilos de hablar peninsulares, ya todo se convirtió en una mescolanza y mejor «es no meneallo»).
Pero Yucatán es tradicional y muchos, muchísimos dichos que ensayaban nuestros abuelos y bisabuelos todavía se estilan sin cambios perceptibles.
Por ejemplo eso de «dar la vuelta» lo escuchamos mañana, tarde y noche, tal como seguramente desde la época colonial se decía.
El muy completo Diccionario Español-Yucateco del Mtro. Güemez Pineda nos lo ofrece breve, pero correctamente en una de sus páginas:
Vuelta s.f. Paseo corto o rápido.
En cambio, el Diccionario Juvenil de Edgar Rodríguez no lo incluye, como tampoco, en el sentido que le damos en Yucatán, lo hace el Diccionario de la Academia Española.
Veamos un ejemplo:
Un amigo visita a un compañero:
-Vine a saludarte y a saber como estás, Toribio…
-¡Hombre, que fino de tu parte! ¡Bienvenido! sólo que no tengo cerveza ni vino para agasajarte.
-Oye, no he venido a eso, Toribio
-Perdón, pero he estado muy aburrido
-Bueno, que te parece si vamos a «dar la vuelta…»
-¡Excelente idea!