Hoy hablaremos de un caso de mutualismo. Las orquídeas hormigueras de la especie Myrmecophyla tibicinis (que en latín significa “afines a las hormigas”). También les llaman flor de cacho o lirios.
Esta especie se distribuye desde la Península de Yucatán hasta Colombia en Sudamérica.
Distribuyen mayormente en selvas secas, pero pueden encontrarse en manglares y humedales.
Estas orquídeas, como la gran mayoría de esta familia son plantas epífitas, es decir que crecen sobre otras plantas. Se desarrollan a partir de bulbos, que en este caso son muy grandes, llegando a medir hasta 40 cms de longitud. De cada bulbo se desarrollan de 2 a 4 hojas carnosas. De un tálamo o panículo alto que puede alcanzar entre 1 y 4 metros de altura se desarrollan las flores. Estas flores despiden ciertos aromas que atraen y engañan a sus polinizadores específicos que son mariposas y colibríes pero también hay algunos como hormigas y abejorros que hacen esta función.
El mutualismo viene con las hormigas de diversas especies entre las que se encuentran Camponotus, Pseudomyrmex y Crematogaster, las cuales viven dentro de los bulbos de la orquídea, protegiendo la planta de cualquier depredador herbívoro. La planta se beneficia de los desperdicios orgánicos de las hormigas, que le aportan nutrientes.
Aunque tiene un gran valor ornamental, no se le cultiva, por lo que muchos ejemplares que se ven en jardines se infiere que han sido extraídos de la naturaleza. Esta extracción ilegal es la causa de la desaparición de muchas de las especies de orquídeas de sus rangos de distribución natural.