
Vicios de dicción les llamaban los viejos maestros de la secundaria, por lo que no son otra cosa que barbarismos yucatecos. Existen infinidad de ellos y nos hemos tomado el trabajo de seleccionar algunos que el lector identificará fácilmente:
En los casos que a continuación transcribimos llama la atención que al hablar una persona omita o brinca la consonante ‘D’, influido seguramente por los cubanos, quienes a su vez -pensamos- lo toman del castellano de España:
Debe decir Dice
- Abusado Abusao
- Cuidado cuidao
- Asustado asustao
- Candado candao
- Embarrado embarrao
- Cansado cansao
- Apagado apagao
Y de esta forma podríamos proseguir indefinidamente, pues, son cientos de casos de barbarismo.
Concluyamos, empleando esos mismos barbarismos, con algunas frasecillas costumbristas:
-Tárcilo me quiere cobrar más por la pelada…
-Es mucho por una pelada… ¡abusao!
-Por poco atropellan a don Cástulo…
-Con razón andaba too asustao
-Le robaron en su casa a D. Juan…
-Por bruto: no cerró la reja con candao
-Hice dos jornadas de chamba hoy, Luis
-Se te ve por lo cansao…