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La solución final

Nuestro país ha visto frenado su paso a nuestra incipiente democracia, además de la corrupción, impunidad y la reacción, considero que en realidad el máximo enemigo de México es el narcotráfico que comenzó alrededor de los años cincuenta y sin embargo, sin interferir directamente ni tan abiertamente ni tan cruelmente en la vida política y de los ciudadanos. Esto comenzó en la década de 1990.

El narcotráfico primero mostró en esa década su cara más benigna: la de ofrecer y recompensar. Si no logra reclutar, entonces recurre al desprestigio como último signo benévolo. Y finalmente ejecuta a quien no acepta estar a sus órdenes. Bajo estas cosas se ha ido metiendo en el cuerpo y los bolsillos de campesinos, profesionales, policías, militares y funcionarios.

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En este ámbito la realidad y lo que parece ficción se fusionan para mostrar el poder y las armas de los carteles, de los policías héroes y de los corruptos, de los espías expertos y novatos, de los funcionarios insensibles y cobardes pero que las circunstancias los hacen parecer valientes.

Como decimos anteriormente, es en los noventas cuando el auge de los narcotraficantes obligó al estado mexicano a concentrar fuerzas para no ser sometido, se ve un crecimiento arrasador de los hermanos Arellano Félix, la vida y muerte del Señor de los Cielos; el sueño del dinero fácil de una familia de Colima, pionera del tráfico de anfetaminas, el caso de unos transportistas de Michoacán que, adestrados por traficantes colombianos y militares, que transformaron en los mas poderosos de México. El irresistible acenso de un tamaulipeco capaz de destruir el mito de la llamada máxima cárcel de seguridad, como es el penal de La Palma y desafiar a las autoridades. Las labores del espionaje mexicano, las operaciones de la DEA Y LAS CONTRADICTORIAS POLITICAS de colaboración de las agencias antinarcóticos con Estados Unidos.

Los carteles de la droga mas destacados operan desde un punto de vista “empresarial”, con sus códigos internos (que en un principio tenían cierta ética y hoy asesinan a gente inocente) sus conexiones y vínculos, la guerra descarnada por el poder, sus relaciones con el gobierno y el ejército, la intrinquida y soterrada estructura social que permite la existencia y desarrollo de la cultura del narco. A pesar que desde el 2018 se ha hecho reales intentos por combatirlos han estado tanto tiempo infiltrados en todas las esferas del poder público y privado que aun poniendo todo su empeño este gobierno y los que vienen es punto menos que imposible terminar con este baño de sangre.

La luz al final del túnel podría ser una de dos: dialogar con ellos (recordar el dialogo del gobierno colombiano con las FARC que consiguió la pacificación de aquel país recibiendo su presidente el premio nobel de la paz). Y otra medida aún más drástica como en Uruguay que sería la legalización.

P.D. No deja de llover en México, por su puesto culpa de Andrés Manuel López Obrador.

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