


10 de agosto/ Cancún, Q. Roo. – Después de que su hija, Fernanda, desapareció en la zona continental de Isla Mujeres y de haber denunciado la dilación de la Fiscalía General de Quintana Roo (FGE) para encontrarla, Daysi Blanco ha sido víctima de extorsión, de un intento de secuestro y se ha informado por la prensa de los “avances” de las investigaciones.
La mujer ha tenido que lidiar con el miedo, la desconfianza, el silencio de las autoridades y la esperanza de que su hija de 12 años sea localizada con vida, aunque teme que pueda ser sacada del estado o incluso del país, antes de que den con su paradero.
Su angustia la lleva a pedir públicamente que el gobierno de Quintana Roo y las autoridades competentes, se coordinen con Estados Unidos, por si la pequeña es llevada hacia allá.
“Que Estados Unidos lo vea, porque si este señor (Marco Antonio Cauich) llega a sacar a mi niña de Quintana Roo, que Dios no lo quiera, que ellos me ayuden a buscar a mi niña allá.
“Hasta ahorita yo pienso que mi bebé todavía sigue aquí y ella está viva. Ella no está muerta”, subrayó.
Hoy, Daysi salió a protestar bajo la intensa lluvia que se registró en la ciudad, junto con familiares e integrantes del colectivo de personas desaparecidas, “Verdad, Memoria y Justicia”, para demandar de la FGE, mayor diligencia en las indagatorias.
“Fiscalía no está trabajando como debe de ser. Ya mañana cumple tres semanas de la desaparición de Fernanda, de mi hija”, expresó.
En entrevista, dice que se enteró por una vecina que la institución ofreció una recompensa por 1 millón de pesos a quien proporcione informes que permitan encontrar a Marco Antonio Cauich Adrián, sobre quien pesa una orden de aprehensión como principal sospechoso de la desaparición de la adolescente.
“A mí la Fiscalía nunca me habló para decirme que dieron la orden de una recompensa. A mí una vecina me la mandó por el whatsapp y así lo supe yo”, informó.
Fernanda Canul, de 12 años, desapareció el 21 de julio en la colonia Nazareno, en la zona continental de Isla Mujeres.
Ese día fue a casa de Cauich para apoyarlo lavando los trastes en una taqueria, actividad por la que él le pagaba, conforme lo acordó con los padres de la menor.
La niña ya no volvió a su casa, asi que su mamá denunció su desaparición ante la Fiscalía.
“Esa misma noche llegaron a tomar huellas dactilares. El jueves a las 11 de la noche estuvieron y terminó como a las 2 o 3 de la mañana”, relató.
Como parte de las indagatorias, Cauich fue a rendir declaración ante el Ministerio Público, el viernes siguiente; pero la noche del sábado se marchó junto con su esposa e hija y se desconoce el paradero de los tres.
“Para nosotros sí, es el sospechoso (…) en su casa de él desapareció. La niña no pudo haber ido a ningún lado, porque la niña no tiene amiguitos alrededor. Ella es una niña de casa que no sale a la calle.
“Hasta para ir a la tienda pide permiso. Mas tarda en pedir permiso que en que regresa otra vez. La señora lo sabe (la esposa de Cauich) por eso se dieron a la fuga”, consideró.
El último día que Daysi tuvo contacto con personal de la Fiscalía, fue el 5 de agosto. Nadie la ha contactado desde entonces para mantenerla al tanto de los avances de la investigación.
En medio del dolor y la incertidumbre, la mujer ha tenido que lidiar con llamadas de extorsión por parte de gente aparentemente desconocida que monitorea sus movimientos, que le habla por su nombre, que le describe dónde está, con quién y le gira instrucciones para depositarle dinero, situación a la que tuvo que ponerle fin en algún punto.
“Lo que he recibido son amenazas. Pura extorsión. Me dicen que tienen a la niña, que yo les deposite. No me piden mucho, pero una madre desesperada hace lo imposible para ver si en realidad te van a entregar a tu hija”, manifestó.
También intentaron secuestrarla, luego de negarse a retirar la denuncia sobre la desaparición de su hija.
“Fue en Villas del Mar, el sábado pasado. Fuimos a volantear, sin autoridades. Puros parientes, hermanos, mis nueras, mis hijos, mis hermanas, vecinas. Se nos acabó el diurex con el que pegabamos la foto de mi bebé. Mi esposo se fue a comprarlo y me dejaron solita.
“De ahí llega una camioneta y me dice: ‘¿Eres Daysi?. Cuando él bajó estaba encapuchado. Tenía todo negro la cara. No lo logré conocer, nada mas la voz se escuchaba muy gruesa. Y me dijo:
Yo tengo a tu hija. Quita la demanda y yo te la entrego'”, narró.
Ella se negó y él intentó privarla de su libertad, subiéndola a la camioneta.
“Yo, como siempre digo: ‘Por mis ovarios que no me voy contigo’. Había ahí una reja a la que yo me aferré muy fuerte y fue que me lastimó esta mano. Esta mano se me destartaló toda”, describió, al señalar que tuvo que gritar para pedir ayuda y que su agresor huyera.
Luego de su relato, Daysi repuso la caminata. Salieron del Monumento de las Estrellas y los Caracoles, rumbo a la Fiscalía.
Con ella, un reducido grupo de mujeres, entre familiares, vecinas y activistas, con cartulinas y mantas, dieron vuelta a la Glorieta, bajo un cielo cerrado, pintado de obscuras nubes.
El contingente tomó por la avenida Cobá, mientras los agentes de Tránsito abrían paso y maniobraba para reconducir la circulación en la zona.
A la altura de la avenida Tankah, una tormenta se dejó sentir. Las personas que marchaban se resguardaron bajo el amplio techo de la gasolinera. Pasó un rato y prosiguieron hacia la Fiscalía, en donde la familia fue recibida por la autoridad.