
San Mateo 14: 14-22
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Muy buenas noches, Señor: antes de ir a mi descanso, quiero estar unos instantes en Tu Presencia Amorosa. Tus discípulos a la par que muchos de nosotros, los que anunciamos Tu Evangelio de Vida, nos sentimos tentados a ser precisos, lógicos y demasiado coherentes. Tal parece que leemos Tu Sagrado Evangelio para conocerlo en global, pero no para analizarlo detenidamente.
Justamente leyendo el pasaje de la multiplicación de los 5 panes y los dos pescados, Tus atrevidos discípulos Te interrumpieron Tu mensaje que dirigías a la multitud para decirte que, “por favor, Maestro, ya es demasiado tarde, ya deja de hablarles y, piensa que no han comido y es mejor que los despidas para que vean dónde adquieren su ración de comida.”
Lo más curioso para mí, lo veo en que Tú les contestaste: “ —No tienen que irse. Denles ustedes mismos de comer.” (San Mateo 14:16). Realmente los pusiste a pensar y que lo hicieran con la lógica de la fe. Si ellos hubieran razonado: “Es verdad que ya es demasiado tarde y el Maestro continúa con su mensaje y la gente está muy contenta. Decirle que suspenda y deje de hablar, sería muy incorrecto de parte de nosotros, porque al final, Él sabrá cuando y cómo despide a la multitud, Él mismo comprenderá que ya tienen hambre y deberá considerar que estamos muy lejos de dónde puedan conseguir un bocado, para mitigar su hambre.”
Hoy, Señor he aprendido que nuestra forma de pensar es con la lógica de LA FE y no con la luz de la razón. Andar contigo es operar con la fe y en la certeza de que funciona de verdad y con efectividad. Tú hiciste de esos cinco panes y dos peces la multitud comiera hasta saciarse y aun quedara un sobrante para cada uno de Tus doce discípulos y llevaran comida a sus casas.
Señor, bendito y magnánimo: No permitas que siga pensando con la lógica de lo posible, sino con la certeza de lograr hasta lo que se antoje IMPOSIBLE. Un seguidor Tuyo se mueve por la fe, por la certeza, por la seguridad y por ver la grandeza de Tu Generosidad.
Un verdadero apóstol se guía por la fe y en la certeza de que todo cuanto anhele será plenamente viable, absolutamente realizable y totalmente satisfactorio. Caminar contigo es caminar con Palabras de Gran Poder y de absoluta magnanimidad.
¡Bendito seas, oh Señor y Dios de nuestros padres!